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Fijan para febrero audiencia de juicio a amigo de Assange en Ecuador

por Avatar EFE

La audiencia preparatoria del juicio en Ecuador al informático sueco Ola Bini, amigo de Julian Assange y sospechoso de intromisión en servidores informáticos, fue fijada para el 17 de febrero.

Así lo informó este viernes por redes sociales su abogado, Carlos Soria. «Después de antenas saliendo de vehículos sospechosos, ya tenemos fecha para la audiencia en el caso Ola Bini. Será el 17 de febrero».

Agregó que en esa audiencia, retrasada desde hace meses, defenderán en derecho lo que pretendieron ajusticiar mediáticamente.

Al amigo de Assange lo detuvieron el 11 de abril cuando pretendía abandonar Ecuador con destino a Japón. Su detención se efectuó horas después de que el país andino pusiera fin al asilo que ofrecía al fundador de WikiLeaks.

De 37 años, el informático estaba a la espera de la audiencia preparatoria desde octubre, cuando anularon la que estaba prevista por la ola de disturbios que sacudió el país.

Experto en seguridad informática, a Bini lo acusaron a finales de agosto, dos días antes de que concluyera la instrucción fiscal. Lo imputaron por el delito de intromisión en servidores ecuatorianos, tipificado en el artículo 234 del Código Orgánico Integral Penal por el acceso no consentido a un sistema informático, telemático o de telecomunicaciones.

El informático sueco permaneció detenido durante 70 días, tras lo cual salió en libertad, en junio, por considerar el tribunal de la Corte Provincial en Quito que se violaron sus derechos.

En una entrevista con Efe en noviembre, Bini se quejó de que su caso sirve a poderosos intereses políticos, y que se trata de un extranjero al que han buscado como chivo expiatorio conveniente y por el que el gobierno deberá rendir cuentas ante el pueblo.

Adujo que su caso está plagado de irregularidades que incluyen largas horas bajo arresto sin asistencia letrada; más de medio día sin que el consulado sueco tuviera conocimiento de ello y el no informarle de los motivos de su detención.

Quizá, agregó, porque las autoridades no disponían de pruebas del supuesto espionaje cibernético al que apuntaron.