La plataforma Unión 78 ha publicado esta semana un nuevo video que incluye testimonios de varias personalidades, incluyendo nombres relevantes de la cultura, como el filósofo Fernando Savater. El objetivo de este grupo de intelectuales, artistas y periodistas es alertar sobre la derogación en el Código Penal del delito de sedición; hecho que supondrá, afirman, «la demolición del sistema democrático».
El video es ideológicamente transversal. Sus participantes están posicionados a la derecha y a la izquierda del espectro político y, a parte de Savater, puede verse y escucharse al socialista Joaquín Leguina, al letrado José María Múgica, al Premio Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa, a Júlia Calvet, al cineasta Iñaki Arteta, a los periodistas Carlos Herrera y Federico Jiménez Losantos, al dramaturgo Albert Boadella y al magistrado Jesús Villegas, entre otros. Todos denuncian las consecuencias de la decisión de Pedro Sánchez de eliminar del Código Penal el delito de sedición.
Fernando Savater, además de por su actividad académica, sus libros y su compromiso cívico, es conocido por expresarse siempre con educación, pero sin excesivos circunloquios. El intelectual vasco –asentado desde hace décadas en Madrid– declara en el video de Unión 78 que lo que está haciendo en este momento el gobierno de Pedro Sánchez «por mantenerse en el poder» supone «un verdadero desastre». «Modificar la ley de secesión, la malversación, o cualquier otro instrumento legal que sirva para frenar y castigar a los que quieren romper el país, es una verdadera traición», remarca el filósofo.
El Debate ha conversado con Fernando Savater para conocer mejor sus puntos de vista sobre esta controvertida cuestión.
¿Qué hecho le ha llevado a regresar a la arena pública a través de la plataforma Unión 78?
Soy uno de los fundadores de Unión 78. Esta idea nació de un grupo de cuatro o cinco personas. Rosa Díez y yo estamos en el grupo de los fundadores, así que evidentemente me siento solidario de todas sus iniciativas.
No todos los firmantes de este manifiesto audiovisual contra la abolición de la sedición son miembros de Unión 78, pero quienes estamos en la iniciativa hemos querido salir en el nuevo video.
En cuanto a la reforma del delito de sedición, me parece que es un hecho muy grave y, por tanto, muy importante. Creo que es el uno de los acontecimientos más lamentablemente graves que han ocurrido en los últimos años; le diría que casi desde la Transición democrática.
¿Por qué considera que la reforma de este delito en concreto tiene tal nivel de gravedad?
–Porque debilita al Estado frente al nacionalismo. El mayor problema que tiene España en este momento es el separatismo. Tenemos el paro y otras contrariedades, pero la mayor dificultad del país es, insisto, el separatismo. Y al separatismo se le detiene con una serie de leyes que de alguna manera frenan a los intentos sediciosos; como nos ha ocurrido en Cataluña o como fue la violencia en el País Vasco y Navarra. Debilitar al Estado frente a su principal problema haciendo que la sedición salga más barata, me parece un hecho, como digo, muy grave.
–El socialismo es una ideología que tiene por principios el internacionalismo y la búsqueda de la igualdad entre clases sociales y territorios. ¿No resulta una paradoja que un gobierno socialista esté allanando el camino a partidos de inspiración nacionalista?
–El actual gobierno de España no es socialista; es un conjunto de personas que quieren mantenerse en el poder y, para ello, adoptan para cada ocasión la ideología que les parece más adecuada. Los miembros del Ejecutivo que están en Podemos, y los otros, los que están en el PSOE, no son socialistas; son gente que quiere mantenerse en el poder. A partir de este principio, van fluctuando en función de lo que haga falta en cada momento. Si hace falta, se apoyan en los independentistas; incluso buscan el sustento de los separatistas de Bildu. No es una cuestión ideológica; es una cuestión puramente estratégica.
-Hablando de equilibrios de poder, ¿por qué no es posible que en España los dos principales partidos alcancen acuerdos de Estado en las grandes cuestiones nacionales?
–Falta madurez en la clase política y entre la ciudadanía. Los ciudadanos son los que se equivocan, votando a gente indigna.
–¿Cómo se podría romper esta dinámica negativa por otra más virtuosa?
–El país es así. No da para más. Podríamos haber nacido en otro sitio, pero hemos nacido aquí; y esta es nuestra equivocación.