El ex presidente de Bolivia, Evo Morales, agradeció al secretario general de la ONU, António Guterres, por enviar a un emisario especial a su país a fin de tratar de mediar entre las distintas fuerzas políticas y llegar a una solución pacífica a la crisis.
«Saludo y agradezco al hermano António Guterres, secretario general de la ONU, por nombrar al diplomático Jean Arnault como su enviado especial, con el propósito de dialogar con todas las partes y encontrar soluciones a los conflictos por el rompimiento del orden constitucional en Bolivia», indicó Morales en Twitter.
Según informó este jueves la ONU, Guterres encargó esa tarea al experimentado diplomático francés Jean Arnault, que ejercerá como su enviado personal y se reunirá con todos los actores bolivianos.
El objetivo de la ONU es «apoyar el esfuerzo para lograr una solución pacífica a la crisis, incluyendo elecciones transparentes, incluyentes y creíbles», explicó el portavoz Stéphane Dujarric.
Según Dujarric, Guterres sigue «profundamente preocupado» por los acontecimientos en Bolivia. Llama a todos los ciudadanos a «evitar la violencia y a ejercer la máxima contención».
Arnault fue hasta finales del pasado año el representante especial de la ONU para Colombia y además ha servido como enviado para Georgia, Afganistán, Burundi y Guatemala.
Respuesta inmediata
La decisión de Guterres de desplegar una mediación en Bolivia llega horas después de que el ex presidente Morales pidiese a la ONU, a países amigos de Europa y a instituciones como la Iglesia católica que apoyasen un «diálogo para pacificar» el país.
Al respecto, el portavoz de Guterres aseguró que se trata de una iniciativa propia del secretario general de las Naciones Unidas en un intento por «ayudar a los bolivianos a encontrar una vía pacífica para salir de la crisis».
Morales denuncia lo ocurrido como un «golpe de Estado» y acusa a la Organización de los Estados Americanos de estar «al servicio del imperio norteamericano».
El domingo anunció la repetición de las elecciones presidenciales después de que la OEA diera a conocer numerosas irregularidades en la votación, en la que fue reelegido para un cuarto mandato.
Poco después, sin embargo, anunció su renuncia a la Presidencia tras casi 14 años en el poder ante recomendaciones de policías y militares.
Dos días más tarde, la senadora opositora Jeanine Áñez asumió la Presidencia interina de Bolivia.
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