Los partidos políticos reforzaron posiciones, en las últimas horas de la campaña para las elecciones regionales en Cataluña a celebrase mañana, una contienda entre independentistas y constitucionalistas que, según los sondeos, se presenta muy igualada entre ambos bloques.
La mayoría de sondeos apuntan a que los partidos independentistas tendrán dificultades para revalidar su mayoría absoluta e incluso podrían perder las elecciones ante la formación más hostil contra el nacionalismo, el partido Ciudadanos de la líder de la oposición Inés Arrimadas. «Vamos a hablar tan fuerte que nos escuchará hasta el señor Puigdemont desde Bruselas», dijo Arrimadas en un acto en Barcelona.
Ha sido una campaña atípica, con una buena parte de los candidatos soberanistas investigados por la justicia por su participación en el proceso independentista ilegal. Son 18 en total, entre ellos el ex presidente del gobierno regional catalán Carles Puigdemont, o su vicepresidente, Oriol Junqueras. Ambos, se presentan a estas elecciones por separado como cabeza de lista de sus respectivas formaciones, Juntos por Cataluña en el caso de Puigdemont, y Esquerra Republicana ERC en el de Junqueras, después de haber gobernado en coalición desde los comicios de 2015.
La prisión donde se encuentra Junqueras fue el escenario elegido por ERC para cerrar su campaña electoral. La número dos de esa candidatura, Marta Rovira, denunció allí que Junqueras permanezca encarcelado sin juicio, y pidió más democracia para resolver los conflictos mediante el diálogo. También lamentó que su líder no haya podido realizar campaña y defender el programa electoral en igualdad de condiciones con el resto de candidatos.
Desde Bruselas, país al que viajó para no responder ante la justicia española, Puigdemont desarrolló su particular batalla por ganar el voto del independentismo. En una entrevista radiofónica desde ese país, el ex presidente catalán retó al estado a retirar las causas judiciales por el proceso independentista si esta opción gana, pues lo contrario en su opinión sería no respetar la democracia, y auguró que mañana 21 de diciembre se verá que no ha funcionado lo hecho por el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy.
Rajoy cerró los actos del Partido Popular en Cataluña pidiendo a los suyos un último esfuerzo para convencer a los votantes indecisos, y así poder dar la vuelta a todos los efectos económicos negativos que ha tenido el proceso independentista. «Si nos quitamos esto de en medio, la economía volverá a crecer como lo hacía antes», insistió el presidente de gobierno, en referencia a la salida de más de tres mil empresas de Cataluña en los últimos dos meses o el descenso del turismo, entre otras consecuencias de la inestabilidad política en esa región.