Emmanuel Macron, presidente de Francia, declaró que deben reinar el orden, la traquilidad y la concordia en el país, un día después de una nueva jornada de protestas el sábado de los «chalecos amarillos».
Macron, que siguió la jornada de protestas en contacto con su ministro del Interior, dijo que se debe aportar una “severa respuesta judicial” a los desmanes producidos en la movilización.
El sábado, unas 220 personas fueron arrestadas, de las cuales 81 quedaron en detención prolongada. La movilización, en fuerte baja respecto a las cinco precedentes jornadas, congregó a menos de 40.000 manifestantes en todo el país, entre ellos solamente 2.000 en París.
“Ahora el orden debe reinar, la tranquilidad y la concordia”, dijo el presidente francés.
“Nuestro país necesita unidad, un compromiso sincero con causas colectivas importantes, y apaciguar las tensiones”, agregó Macron.
Por su parte el primer ministro francés, Edouard Philippe, denunció desde París la “inusitada violencia” y los “gestos antisemitas” generados durante la movilización del sábado de los “chalecos amarillos”.
En un tuit, Philippe criticó “un simulacro de decapitación del jefe del Estado agresiones de una inusitada violencia y gestos antisemitas en pleno París”.
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