Los 27 líderes de la Unión Europea (UE) dieron hoy su respaldo de forma unánime a las directrices para negociar la salida del Reino Unido del club comunitario, informó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
«Las directrices se adoptaron unánimemente. El mandato político firme y claro de los Veintisiete de la UE para las negociaciones del ‘brexit’ está preparado», indicó Tusk a través de su cuenta en Twitter, poco después de iniciarse el Consejo Europeo en Bruselas.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, destacó en Twitter la «unidad» existente entre los socios, y subrayó que las directrices fueron adoptadas «en menos de 15 minutos».
Los mandatarios dieron así luz verde al «conjunto de posiciones y principios que la Unión seguirá a lo largo de toda la negociación», según el texto adoptado, que añade que esas directrices podrán ser actualizadas durante la negociación, si fuera necesario.
En particular, consagran el principio de que la UE negociará «unida» y que mantendrá esa unidad a lo largo de las negociaciones, actuando «como una con el objetivo de alcanzar un resultado que sea justo y equitativo para todos los Estados miembros y en interés de sus ciudadanos».
Menciona asimismo que la negociación se llevará a cabo «en fases», centrándose en una primera etapa en resolver «la desconexión del Reino Unido de la Unión» y en facilitar toda la claridad y certidumbre legal, en particular a los ciudadanos, sobre los efectos inmediatos de la salida británica de la UE.
Una vez el Consejo Europeo considere que hay «progreso suficiente» en la primera fase hacia el objetivo de alcanzar un acuerdo satisfactorio sobre los pasos para «una retirada ordenada», se podrá pasar a la segunda fase.
En ella se debería alcanzar un «entendimiento sobre el marco de la futura relación» entre los Veintisiete y Londres.
Como primera prioridad, los Veintisiete fijaron hoy los derechos de los ciudadanos, tanto europeos en el Reino Unido como de los británicos en territorio comunitario.
En ese contexto, dijeron que las partes deben acordar «garantías recíprocas para salvaguardar el estatus y los derechos» derivados de la legislación europea.
Esas garantías «deben ser efectivas y completas e incluir el derecho a adquirir la residencia permanente después de un periodo continuado de residencia legal de cinco años», una novedad que no figuraba en el borrador de las directrices.
Menciona también la necesidad de encontrar soluciones «imaginativas» para evitar la creación de una frontera «dura» entre Irlanda e Irlanda del Norte.
Las directrices dejan claro asimismo que después de que el Reino Unido abandone la UE, ningún acuerdo entre los Veintisiete y ese país podrá aplicarse al territorio de Gibraltar sin un acuerdo entre Madrid y Londres.
Por otra parte, incluyen una referencia a la necesidad de resolver «con rapidez» la futura localización de las agencias europeas que se encuentran en Reino Unido; es decir, la Agencia Europea del Medicamento y la Autoridad Bancaria Europea, que dejarán Londres tras el «brexit».
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