La pelota del brexit está otra vez del lado del Reino Unido después de que la Unión Europea acordó este jueves dar a Londres una prórroga corta, que abre un escenario de incertidumbre en el cual el gobierno británico se verá forzado a decidir.
«El destino del brexit está en manos de nuestros amigos británicos. En la Unión Europea estamos preparados para lo peor, pero esperamos lo mejor», indicó hoy el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al término de la cumbre europea.
En la segunda jornada de la cumbre celebrada este viernes, los líderes oficializaron la decisión tomada anoche, que también avaló el Reino Unido, y enviaron una carta con los detalles del acuerdo al representante permanente británico ante la Unión Europea, Tim Barrow.
«Esta decisión deja claro que en la duración de la extensión el Reino Unido sigue siendo un Estado miembro con todos sus derechos y obligaciones bajo los tratados y las leyes europeas (…). La extensión excluye también cualquier renegociación del acuerdo de salida», señala el consejo en un boletín.
Por primera vez en dos años, el próximo 29 de marzo sale del calendario como la fecha en la que el Reino Unido iba a abandonar la Unión Europea y despeja las dudas más inmediatas sobre si el Parlamento británico respaldará la próxima semana el acuerdo de salida, después de haberlo rechazado en dos ocasiones.
La prórroga acordada ayer entre los líderes de los países de la UE, tras seis horas de negociaciones frenéticas en las que se manejaron varias posibles extensiones, recoge un primer escenario optimista en el que la primera ministra británica, Theresa May, consigue el apoyo para su acuerdo al tercer intento. En este caso, el divorcio se produciría el 22 de mayo, la jornada antes de que algunos Estados miembros, como Holanda, celebren su jornada electoral el día 23 de mayo, si bien la mayoría lo hace el domingo 26.
Esta prórroga de siete semanas permitiría al Reino Unido aprobar toda la legislación asociada a su salida ordenada una vez hayan ratificado el brexit, y supondría que el 22 de mayo da comienzo al período de transición hasta el 31 de diciembre de 2020 recogido en el acuerdo. No obstante, pocos en Bruselas confían en que May logre que una mayoría de parlamentarios vote favorablemente, una sensación que se acrecentó después del intercambio de impresiones con la primera ministra antes del debate sobre la extensión.
«No es que no crea en los milagros, pero son poco frecuentes», resumió el primer ministro belga, Charles Michel, a su salida de la cumbre, mientras que su homólogo holandés, Mark Rutte, dijo que sitúa las posibilidades de ratificación en un 50-50.
Bajo los términos de la prórroga, un nuevo voto negativo al pacto entre Londres y Bruselas la semana próxima en la Cámara de los Comunes no abocaría automáticamente al Reino Unido al abismo de marcharse sin un acuerdo, sino que daría al Ejecutivo de May hasta el 12 de abril ,como muy tarde, para decidir qué hacer a continuación.
«Hasta el 12 de abril todo es posible: un acuerdo, una extensión larga, que el Reino Unido decida repensar su estrategia o revocar el artículo 50», indicó Tusk en rueda de prensa.
Esa fecha es significativa por ser el último día del plazo del que dispone el Reino Unido para comunicar si desea celebrar elecciones europeas, a lo que estaría obligado si aún es socio de la UE, pero que May quiere evitar a toda costa.
En el caso de que el Reino Unido optara por celebrar comicios a la Eurocámara, esa decisión daría lugar automáticamente a una nueva solicitud de extensión de las negociaciones a la UE, que en este caso sería larga y debería ir acompañada de una justificación: cuál es el plan del brexit que se realizaría durante estos meses (como mínimo) adicionales. Fuentes comunitarias dan por hecho que llegar al 12 de abril sin un plan del Reino Unido sobre cómo quiere proceder significaría una salida automática sin acuerdo, que comenzaría el mismo 13 de abril.