Un acuerdo entre países de la Unión Europea permitió el desembarco de las 356 personas rescatadas por el Ocean Viking, un alivio para las organizaciones humanitarias SOS Mediterranée y MSF, que se estaban quedando sin víveres.
Tras esa operación, el Ocean Viking se dirigió a Marsella, donde se encuentra su puerto de amarre.
Muscat anunció en Twitter el acuerdo de repartición de los migrantes, con la participación de Francia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Rumania. «Ninguno se quedará en Malta», añadió.
Francia precisó que recibirá a 150 migrantes de los 356, después de haber confirmado hace 3 días que acogerá a otros 40 migrantes de otro buque humanitario, el Open Arms, bloqueado en Italia.
El ministro del Interior francés, Christophe Castaner subrayó que Francia ha demostrado su solidaridad y agradeció la mediación a las autoridades maltesas, en especial a su homólogo, así como al comisario europeo de Migraciones.
«Juntos hemos conseguido forjar una solución europea», escribió en Twitter.