Cientos de estudiantes hongkonguenses protestaron este miércoles con sentadas y otras movilizaciones. De ese modo, condenaron el uso de munición real durante los numerosos enfrentamientos que vivió el día anterior la ciudad financiera.
Los estudiantes organizaron primero una sentada en una escuela de secundaria con el fin de condenar los balazos de la Policía contra Tsang Chi-kin, de 18 años de edad, quien recibió un impacto en la parte superior izquierda del pecho.
Fuentes médicas del Hospital Queen Elizabeth, donde todavía está siendo tratado el herido, aseguraron a Efe que el joven tenía la bala alojada en el pecho, a tres centímetros del corazón.
En un video que ha circulado por las redes sociales se ve cómo un policía dispara a bocajarro a un manifestante en el momento en el que este iba a agredir al agente con un palo.
Hoy, cientos de alumnos del Tsuen Wan Public Ho Chuen Yiu Memorial College, donde Tsang cursa estudios, organizaron una sentada a las puertas de la escuela para condenar el incidente.
Los manifestantes llevaron sus manos al pecho en señal de protesta ante lo que consideran que ha sido brutalidad policial. Desplegaron una gran pancarta acusando a los agentes de haber intentado asesinar a Tsang.
Después, los manifestantes se desplazaron a un parque en el distrito financiero de Central, donde algunos trabajadores de la zona se unieron a la protesta.
«Fue la decisión correcta»
El jefe de la Policía local, Stephen Lo, justificó la acción del agente que disparó alegando que su vida estaba en peligro.
«Un agente abrió fuego para tratar de salir de una situación que amenazaba su vida o la de sus compañeros. Tomó la decisión en un breve lapso de tiempo. Creo que fue la decisión correcta en ese momento, es legal y razonable», aseguró.
Tsang es uno de los 104 heridos que las autoridades de salud de Hong Kong han estado atendiendo desde ayer. 71 ya han sido dados de alta.
269 detenidos
El gobierno hongkonguense confirmó el arresto de 269 personas después de que los manifestantes más radicales construyeron barricadas y les prendieron fuego. Además, lanzaron incontables cócteles molotov y vandalizaron estaciones del Metro, oficinas gubernamentales, tiendas y al menos un despacho de una organización pro-Pekín.
En respuesta, los antidisturbios volvieron a recurrir a los cada vez más habituales disparos al aire, a las pelotas de goma, al gas lacrimógeno, al gas pimienta y a los cañones de agua con tinte, que sirven después para identificar a los manifestantes con más facilidad.
El gobierno de Hong Kong defendió este miércoles que era «necesario» que la policía usara la «fuerza apropiada» para dispersar las protestas a fin de «restaurar el orden social».
«Los desórdenes del primero de octubre fueron planeados y organizados para que Hong Kong entrara en un estado de caos y pánico», dijo el portavoz en un boletín.