La microbióloga Elisa Granato, una de las dos personas a las que se le inyectó el jueves 23 de abril en Inglaterra una posible vacuna contra el coronavirus, desmintió este lunes su presunta muerte.
La experta en zoología de la Universidad de Oxford dijo a la cadena BBC que se encontraba bien, luego de que circularan en redes sociales rumores que afirmaban que el estudio clínico salió mal y la doctora había fallecido. “Estoy bien”, aseguró.
A sólo tres meses de que comenzaron los estudios para la posible vacuna, la universidad comenzó las pruebas en humanos y para ello reclutó a 800 personas. Si se cumplen los pronósticos, la vacuna podría estar lista para el mes de septiembre.
«Soy científica, así que quería tratar de apoyar el proceso científico siempre que pueda. Como no estudio virus, me siento un poco inútil en estos días, así que sentí que esta es una manera muy fácil de apoyar la causa», indicó a BBC la doctora de 32 años de edad.
Patrick Vallance, consejero científico del gobierno británico, alertó que desarrollar la vacuna puede ser un proceso largo. «Todas las nuevas vacunas que comienzan a desarrollarse son proyectos a largo plazo. Solo algunas acaban teniendo éxito. Con el coronavirus no será distinto y presenta nuevos retos», advirtió.
Este proyecto de vacuna, es dirigido por Sarah Gilbert, profesora de vacunología en el Instituto Jenner. Se realizó a través de una versión debilitada de un virus del resfriado común (adenovirus) de chimpancés, modificado para que no pueda afectar a humanos.
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