Carlos Antonio Santamaría Díaz es un niño de apenas 12 años que acaba de ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se convirtió en el estudiante más pequeño de la llamada máxima casa de estudios del país.
El menor de alta capacidad congnitiva asistió a su primer día de clases a la Facultad de Ciencias, donde comenzó la carrera de Física Biomédica.
Carlitos, como le dicen ya sus compañeros, destaca entre los jóvenes, además por su gran talento, por su corta estatura y una gran sonrisa que le ofrece a quien se le atraviesa en el camino.
Y es que el pequeño es la sensación entre sus compañeros, no solo los de la Facultad de Ciencias, sino de toda la comunidad universitaria que no ha perdido la oportunidad de acercarse a él.
La institución está orgullosa tener entre sus filas a Carlos y lo destacó en sus redes sociales.
“Con apenas 12 años, Carlos también tiene su primer día en la UNAM”, destacó el post en la cuenta de Twitter de la institución.
Con apenas 12 años, Carlos también tiene su primer día en la UNAM. Coméntanos cómo fue el tuyo con el HT #MiPrimerDíaEnLaUNAM. #GacetaDigitalUNAM > https://t.co/xJodnGd7mx pic.twitter.com/wX9E6ZmegA
— UNAM (@UNAM_MX) 6 de agosto de 2018
Aunque su primer acercamiento con la UNAM fue cuando tenía 8 años. En ese tiempo Carlos asistió a las clases como “oyente”, ya que sus clases en el colegio al que asistía, como todos los niños de su edad, le aburrían.
También cursó dos diplomados en la UNAM, uno en bioquímica y biología molecular, y otro en química analítica.
Ahora, ya a sus 12 años, Carlos comenzó sus clases en la Facultad y tiene la intención de «sacar al país del hoyo en el que está».
«Estamos en una situación muy complicada, es difícil de explicar, estamos en un hoyo, en una tormenta. Uno de los principales problemas es la falta de educación que hay en nuestro país, quiero encontrar a más personas que quieran ayudar al país pero no pueden», comentó el menor durante una conferencia de prensa, previo a su primer día de clases.
El ahora universitario dijo que es necesario apoyar a niños superdotados, por lo que pidió crear un grupo especial en la UNAM, y se ofreció a brindar apoyo a los posibles integrantes.
«Una de mis intenciones o responsabilidades sociales para con la UNAM es el proyecto de abrir un grupo de niños como yo. Abrirlo, dar una prueba para los niños que se quieren inscribir; los que no pueden van a reprobar, pero los que puedan se van a quedar y les quiero transmitir lo que yo sé, pero no como un profesor sino como uno más que está ayudando», comentó.
Carlos reconoce que el estar ya en la universidad no lo aleja de su gusto por los videojuegos, los cuales disfruta cada que puede.
Reconoció que su gran pasión es la ciencia, su primer acercamiento a esta disciplina fue la astronomía, la cual considera su primer gran amor.
Carlos reconoció que su camino hacia la Universidad no ha sido fácil, ya que sus primeros obstáculos fueron sus ingresos a la educación secundaria y preparatoria.
«La mayor dificultad para llegar a la universidad fue que mis papás convencieran a las personas de que me dejaran hacer los exámenes de secundaria y bachillerato (preparatoria), porque decían que seguramente era puro cuento (mentira)», comentó el pequeño de acuerdo a información de la UNAM.
Sin embargo, su dedicación se ha sido reconocida y fue aceptado en la Universidad, donde en su examen de admisión obtuvo uno de los mejores resultados, al lograr 103 aciertos de 120.
Así que su ingreso es un parteaguas en la educación en México.
«Se abre un capítulo de inclusión en la vida universitaria», destacó en un comunicado la UNAM, al referirse al ingreso de Carlos.
Su inteligencia y talento ha sido reconocido por los legisladores, que en el 2016 lo invitaron a la Cámara de Diputados y sorprendió con su inocente discurso que dejó a los políticos con la boca abierta.
«No, yo no quiero ser como ustedes, yo quiero ser científico», aseguró, lo que provocó una serie de carcajadas entre los legisladores.