Estados Unidos reducirá antes de octubre de 5.200 a 3.000 los militares desplegados en Irak, anunció el miércoles el general Kenneth McKenzie, jefe del comando militar estadounidense en Medio Oriente, una de las promesas del presidente Donald Trump.
«Reconociendo el gran progreso logrado por las fuerzas iraquíes y en consulta y coordinación con el gobierno iraquí y nuestros socios de la coalición, Estados Unidos decidió reducir su presencia militar en Irak de aproximadamente 5.200 a 3.000 durante el mes septiembre», dijo McKenzie en Bagdad.
«(La decisión obedece) a nuestra confianza en la mayor capacidad de las Fuerzas de Seguridad iraquíes para operar de forma independiente», agregó.
McKenzie insistió en que Estados Unidos seguirá apoyando a los militares iraquíes en su lucha contra el Estado Islámico (EI), grupo extremista islámico desalojado de sus feudos el año pasado pero que permanece disperso en Irak.
Estados Unidos está comprometido con el objetivo final de un Irak donde las fuerzas locales puedan evitar por sí solas un retorno del EI y asegurar la soberanía de Irak sin ayuda externa, aseveró.
«El camino ha sido difícil, el sacrificio ha sido grande, pero el avance es significativo», afirmó el general.
A fines de 2018, se estimaba que había 5.200 soldados estadounidenses estacionados en Irak, siendo la mayor parte del contingente de 7.500 efectivos de la coalición internacional en ese país, de acuerdo con funcionarios estadounidenses.
El año pasado, esas fuerzas, la embajada de Estados Unidos y convoyes de logística fueron blanco de decenas de ataques con misiles con un saldo de al menos seis militares muertos: tres estadounidenses, un británico y dos iraquíes.
Funcionarios estadounidenses atribuyen la violencia a facciones cercanas a Teherán, que, como enemigo de Washington de larga data, exige que las tropas de Estados Unidos abandonen el Medio Oriente.
En tanto, se espera que Trump anuncie más repliegues en Afganistán en los próximos días, señaló una fuente del gobierno.
Washington tiene 8.600 soldados desplegados en Afganistán, en virtud de un acuerdo bilateral firmado en febrero con los talibanes.
Trump, rezagado en las encuestas con miras a las elecciones presidenciales de noviembre, prometió traer de regreso a los efectivos estadounidenses para poner fin a lo que considera interminables guerras de Estados Unidos en el mundo.