Este jueves, el gobierno del presidente Joe Biden dio luz verde a una serie de normativas que tienen como objetivo incrementar los criterios para solicitar asilo en la frontera sur.
Estas normas, que están en proceso de revisión, establecerán nuevos parámetros que los agentes de migración deberán considerar durante las entrevistas de “miedo creíble”, un paso esencial para determinar si un individuo es elegible para solicitar asilo después de cruzar la frontera con México.
Con estas nuevas disposiciones, se otorgará a las autoridades migratorias la facultad de negar las solicitudes de asilo de aquellos individuos que sean percibidos como un “riesgo para la seguridad pública o nacional”, impidiendo así su admisión al país.
Dicha regla, elaborada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) y que se publicará el próximo 13 de mayo, no se implementará de inmediato. Tras su anuncio, se dará inicio a un periodo de consulta pública durante el cual la normativa podría ser modificada.
“Lo que hará esta regla es permitirles que cuando tengamos información clara que obviamente descalifique a alguien para el asilo o la suspensión de la expulsión porque es una amenaza para la seguridad nacional o la seguridad pública, consideren esa información lo más temprano posible en el proceso. Por eso no creemos que vaya a aumentar realmente el tiempo que lleva entrevistar a alguien de manera significativa”, informó un funcionario de DHS en una llamada con diversos periodistas.
Crisis migratoria: un tema central en la carrera presidencial
Esta medida surge en un contexto electoral donde la inmigración es un tema clave en el camino a la presidencia. Donald Trump, exmandatario y actual precandidato republicano, ha adoptado por una campaña de constante acusaciones a Biden de generar una “crisis” en la frontera.
Esta no es la primera ocasión en que la Casa Blanca propone modificaciones a las normativas de asilo con el objetivo de restringir el flujo de migrantes en la frontera sur.
Hace un año, la administración demócrata implementó una serie de ajustes que considera como “inadmisibles” para los migrantes que atraviesen la frontera de manera irregular y que no hayan solicitado protección en un tercer país en su camino hacia Estados Unidos.