Estados Unidos ordenó este miércoles la salida del personal no esencial de su embajada en Niamey, la capital de Níger, en medio del intento de golpe de Estado que vive el país africano desde la semana pasada.
Informó que la sede diplomática ha suspendido sus servicios rutinarios y solo tramita asistencia de emergencia a ciudadanos estadounidenses en el país.
Sin embargo, avisó que tiene capacidad limitada para dar servicios de emergencia por la reducción temporal de su personal, según un nuevo aviso de viaje publicado en la página web de la embajada, en el que elevó el nivel al 4 («no viajar»), el más alto.
«Con los esfuerzos por subvertir el orden constitucional puede haber más protestas que causen disturbios e inestabilidad política», escribió en la nota el Departamento de Estado, que recordó que los crímenes violentos son habituales.
A pesar de la situación, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, rehusó hoy referirse a la situación en Níger como un «golpe de Estado», pues considera que se puede revertir con la vuelta al poder del presidente depuesto Mohamed Bazoum.
«Nosotros lo llamamos ‘intento de tomar el poder’, que aún puede revertirse. Estamos intentando que se revierta», dijo en su rueda de prensa diaria el portavoz.
Una semana después del golpe de Estado protagonizado por una junta militar en Níger, que retiene desde entonces a Bazoum, los golpistas nigerinos mantienen dos negociaciones simultáneamente: en su territorio y en la capital maliense.
Una delegación de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) viajó hoy desde Nigeria a Niamey para negociar con los golpistas nigerinos, mientras un general de la junta nigerina se trasladó a Bamako para reunirse con los militares en el poder en Mali.