En el actual contexto internacional, Europa y América Latina y el Caribe corren el riesgo de quedar apartadas, por lo que el acercamiento entre ambas regiones no es sólo natural y conveniente, sino también necesario, según defendió este jueves el secretario de Estado español para la Unión Europea, Fernando Mariano Sampedro Marcos.
Sampedro Marcos, uno de los cinco secretarios de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores español, cargos que van inmediatamente después del ministro, fue el encargado de inaugurar el encuentro «Las relaciones UE-CELAC: crear certidumbre ante los desafíos globales comunes», organizado por la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste junto al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del gobierno de España y que se celebra durante dos días en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe (Cáceres).
En su intervención, defendió que este encuentro se produce en un momento «particularmente oportuno», entre la tercera cumbre Unión Europea-CELAC, que volvió a poner las relaciones birregionales en el centro de las prioridades europeas, una semana después de que Ecuador haya acogido la XXIX Cumbre Iberoamericana de jefas y jefes de Estado y de gobierno, y con la mirada puesta en la cuarta cumbre UE-CELAC que está previsto que organice Colombia el próximo año.
El secretario de Estado hizo hincapié en que los lazos humanos son «particularmente estrechos» y muestra de ello son los cerca de 6 millones de europeos que viven en América Latina y los cerca de siete millones de latinoamericanos y caribeños viviendo en Europa, unos flujos ciudadanos «que nutren nuestras relaciones y sostienen nuestros fuertes vínculos regionales».
Fernando Sampedro destacó el cambio de ciclo en la Unión Europea y las prioridades que deberían marcar la agenda comunitaria durante los próximos años y reflexionó acerca de los lazos que unen ambas regiones y la necesidad de aunar fuerzas ante un futuro compartido de retos y oportunidades.
Asimismo, defendió que, atendiendo a la dimensión exterior y concretamente respecto a América Latina y el Caribe, España va a seguir defendiendo en este nuevo cambio de ciclo que la región siga siendo prioritaria para la UE, ya que son las dos regiones en el mundo que más tienen en común y que más se parecen, reforzando decididamente los lazos que históricamente las unen.
De igual forma, incidió en que ambas regiones «deben realizar un esfuerzo proactivo por estrechar sus vínculos, pasando de ser socios naturales, a ser ahora socios por elección decidida».