España saludó este jueves el respaldo de una cumbre de mandatarios de los países de la Unión Europea (UE) en Bruselas a la idea de una conferencia internacional sobre la crisis entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás.
En el primer día de una cumbre en Bruselas, los mandatarios aprobaron un llamado a «corredores humanitarios» y «pausas» para llevar ayuda a los civiles gazatíes.
En la parte de las conclusiones de la cumbre dedicada a la crisis en Gaza, el documento menciona que la UE «respalda la realización de una conferencia internacional de paz, a la brevedad».
La idea había sido sugerida por el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, el último fin de semana en El Cairo, Egipto, durante una reunión de urgencia sobre el conflicto en la Franja de Gaza.
De acuerdo con fuentes de la delegación española, la conferencia serviría para que «la comunidad internacional participe» en la búsqueda de una solución al conflicto entre israelíes y palestinos.
«Cuando estuvo en El Cairo, el presidente Sánchez defendió que había que atender a lo urgente, la ayuda humanitaria, y lo importante, que es hallar una salida política a esta situación», dijo una de esas fuentes, quien destacó que la idea logró el respaldo de todo el bloque de la UE.
Por la paz
Al llegar este jueves a la sede de la cumbre, Sánchez había insistido en la idea de una «conferencia internacional de la paz dentro de seis meses».
La intención, indicó, es apuntalar la solución de dos Estados, «que en realidad es un Estado, porque Israel ya es reconocido por la comunidad internacional, y quien tiene que ser reconocido es el pueblo palestino».
La conferencia aún no tiene un formato ni una fecha definida, pero la fuente consultada señaló que «ahora no es posible». «Es necesario calmar la situación y permitir la llegada de ayuda humanitaria», explicó.
Sin embargo, la misma fuente dijo que no cree que le corresponda a España «decidir quién representaría a los palestinos» si esa conferencia se acabase celebrando.
Según la delegación española, Sánchez ha mantenido contacto con dirigentes árabes del Medio Oriente y también con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
El 7 de octubre, Hamás lanzó un ataque en territorio israelí que dejó 1.400 muertos -civiles en su mayoría-, según las autoridades de Israel.
En respuesta, Israel inició una campaña de bombardeos en la Franja de Gaza donde, según el movimiento islamista, más de 7.000 personas murieron, también mayoritariamente civiles.
El enclave palestino está sometido a un «asedio total» y sus más de 2,3 millones de habitantes están privados del aprovisionamiento de agua, comida y electricidad.
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