El juicio civil contra Donald Trump acusado de haber inflado el valor de sus activos inmobiliarios se inició este lunes en Nueva York, preludio a la maratón de procesos penales que el republicano denuncia como una persecución para evitar que vuelva a la Casa Blanca en 2024.
«Es una farsa», deploró Trump ante la prensa. «Lo que está ocurriendo aquí es una tentativa de perjudicarme en la elección», agregó el expresidente de Estados Unidos antes de ingresar a la audiencia en la Corte Suprema del Estado de Nueva York en la que comparecía como testigo.
La fiscal general Letitia James advirtió fuera del tribunal que «la justicia prevalecerá» y acusó al multimillonario neoyorquino de 77 años de edad de «fraudes reiterados».
Trump tildó de «racista» a la magistrada afroamericana. La acusó de haber montado «un espectáculo de terror» como parte de una «caza de brujas» política dirigida desde Washington para tratar de impedir que gane la elección.
Aunque no puede ser condenado a prisión por esta acusación, el juicio civil contra Trump y dos de sus hijos es apenas un anticipo de la larga serie de casos que le esperan en las cortes y que amenazan con perturbar la campaña por la nominación republicana, en la que corre como amplio favorito.
El magnate está inculpado en lo penal en otros cuatro casos, que por el momento no han hecho mella en su popularidad ante la base republicana.
«Lo votaré aunque le dispare a alguien en plena Quinta Avenida», indicó a la AFP fuera de la sede judicial Dion Cianei, un incondicional de 54 años de edad. Cerca de él, varias decenas de neoyorquinos se manifestaron en contra de Trump. Un cartel denunciaba: «¿Cuántos abogados se necesitan para arruinar la democracia?»
Está previsto que Trump comparezca ante un tribunal federal de Washington el 4 de marzo para responder por las acusaciones de haber intentado desde la Casa Blanca revertir el resultado de las elecciones de 2020 que ganó el demócrata Joe Biden.
A continuación volverá a sentarse en un banquillo en Nueva York por fraude contable, y después en Florida por manejo negligente de documentos confidenciales tras dejar la presidencia.
El juicio que comenzó este lunes adquirió de repente una importancia considerable la semana pasada cuando el juez Arthur Engoron, que lo preside, dictaminó que se había demostrado la existencia de «fraude continuado» y que la fiscalía general del estado de Nueva York ya había demostrado que Donald Trump y los directivos de su grupo habían «sobrevalorado» su patrimonio entre 812 millones y 2.200 millones de dólares de 2014 y 2021.
Golpe contra Trump
En consecuencia, el juez ordenó la revocación de los permisos comerciales en el estado de Nueva York de Donald Trump y de dos de sus hijos, Eric Trump y Donald Trump Jr, vicepresidentes ejecutivos de la Organización Trump, así como la confiscación de las empresas objeto de la demanda, que se confiarán a liquidadores.
De aplicarse, estas sanciones supondrían «un duro golpe para la capacidad de Donald Trump de hacer negocios en el estado de Nueva York», según Will Thomas, profesor de derecho mercantil en la Universidad de Michigan.
Donald Trump, que amasó su fortuna en el sector inmobiliario y los casinos en los años 80 y prometió dirigir Estados Unidos como sus empresas, perdería entonces el control de varios de los edificios emblemáticos de su grupo, como la Trump Tower, en la 5ª Avenida de Manhattan.
Estas propiedades están en el centro de las acusaciones de la fiscal James: la superficie del apartamento del empresario en la Torre Trump se triplicó y el edificio del número 40 de Wall Street se sobrevaloró entre 200 y 300 millones de dólares en los estados financieros.
La lujosa residencia Mar-a-Lago de la Organización Trump en Florida y varios campos de golf también aparecen en el dosier.
La fiscal también solicita el reconocimiento de otras infracciones a la legislación financiera y una multa de 250 millones de dólares.
Numerosos testigos
En su plataforma Truth Social, Trump ha defendido que los bancos prestamistas han sido reembolsados «en su totalidad, con intereses, sin impagos y sin víctimas». La defensa también pretende luchar con uñas y dientes sobre la valoración de los activos.
El juicio promete ser bastante técnico, y se espera que declaren decenas de testigos, entre ellos tres de los hijos de Trump, Eric, Donald Jr e Ivanka -que inicialmente también estaba en la mira de la denuncia pero que finalmente no fue inculpada- y el exdirector financiero de la Organización Trump, Allen Weisselberg, que cumplió condena en prisión tras declararse culpable de fraude fiscal en otro caso contra el grupo.
Entre los testigos también figuran el exabogado de Donald Trump Michael Cohen, que se ha convertido en uno de sus enemigos declarados, así como empleados de los bancos prestamistas y de la firma de contabilidad Mazars, que decidió en 2021 dejar de trabajar con la Organización Trump.