Fondos iraníes por valor de 6.000 millones de dólares, que se encontraban bloqueados, fueron enviados a Qatar, lo que allana el terreno a un canje de prisioneros entre Estados Unidos y la República Islámica, indicó este lunes una fuente cercana al operativo.
La liberación de los fondos, retenidos por Corea del Sur en virtud de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán, es una condición clave para el intercambio de cinco detenidos de cada lado, que según Teherán podría concretarse este mismo lunes.
El canje, acordado en agosto, fue el fruto de meses de negociaciones entre Estados Unidos e Irán bajo la mediación de Qatar, ya que Teherán y Washington no tienen relaciones diplomáticas.
«Qatar notificó a los funcionarios iraníes y estadounidenses que los 6.000 millones de dólares fueron transferidos desde Suiza a cuentas en Qatar», dijo la fuente cercana a las negociaciones que habló bajo condición de anonimato.
Al mismo tiempo, «un avión catarí está esperando en Irán para traer a Doha a los cinco estadounidenses [detenidos en ese país] y a dos parientes», agregó.
Irán indicó previamente que esperaba ver concluido el canje de prisioneros este lunes.
«Esperamos tener la confirmación hoy de la transferencia de la totalidad» de los fondos bloqueados, y que «el canje de prisioneros se haga este mismo día», declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Naser Kanani, en una rueda de prensa en Teherán.
«Cinco prisioneros iraníes serán liberados y, a cambio, cinco ciudadanos estadounidenses encarcelados en Irán serán entregados a la parte estadounidense», precisó Kanani.
Los fondos, producto de la venta de crudo iraní, fueron inmovilizados después de que Estados Unidos se retirara en 2018 de un acuerdo internacional sobre el programa nuclear de Teherán durante el gobierno del republicano Donald Trump.
Esta salida del pacto implicó la reinstauración de las sanciones financieras contra Irán.
Los cinco estadounidenses detenidos en Irán fueron trasladados de la cárcel a un lugar bajo arresto domiciliario, a la espera de ser llevados a Qatar. Teherán no reconoce la doble nacionalidad y considera que estos estadounidenses son ciudadanos iraníes.
Cargos por espionaje
Entre los estadounidenses está el empresario Siamak Namazi, nacido en Teherán, que fue detenido en 2015 y condenado a 10 años de cárcel en 2016 por espionaje, unos cargos que su familia niega.
Otros prisioneros incluidos en el canje son el ambientalista Morad Tahbaz y el empresario Emad Sharqi y otras dos personas que pidieron que no se divulgue su nombre.
La semana pasada la agencia oficial Irna anunció las identidades de los iraníes presos.
Entre ellos destacan Reza Sarhangpour y Kambiz Attar Kashani, acusados de eludir las sanciones estadounidenses contra Irán.
Un tercer preso, Kaveh Lotfolah Afrasiabi, fue detenido en su casa cerca de Boston en 2021 y está acusado por Estados Unidos de ser un agente iraní.
Además fueron incluidos en este canje, Mehrdad Moein Ansari y Amin Hasanzadeh, acusados de estar vinculados a las fuerzas de seguridad iraníes.
Entre los iraníes liberados, «dos regresarán a Irán, otro viajará a un tercer país debido a la presencia de su familia en ese país y los dos últimos se quedarán» en Estados Unidos, según Kanani.
La Casa Blanca negó que el desbloqueo de los fondos iraníes equivalga al pago de un rescate por los presos, y dijo que tampoco es «un cheque en blanco».
El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden ha insistido en que Irán sólo puede utilizar este dinero para comprar alimentos, medicinas e insumos humanitarios.
El portavoz de la diplomacia iraní dijo que estos fondos van a permitir «comprar todos los bienes no sancionados», no sólo alimentos y medicinas.
Irán y Estados Unidos están enfrentados desde la Revolución Islámica de 1979 que derrocó a un monarca prooccidental.
Biden, que es demócrata, buscó restablecer el histórico acuerdo internacional de 2015 que implicó el levantamiento de las sanciones contra Irán a cambio de que Teherán acote su programa nuclear a fines civiles.
Pero las negociaciones están en un punto muerto.
Para algunos expertos, este acuerdo alcanzado tras unas discretas negociaciones muestra que las tensiones entre Irán y Estados Unidos se han ido rebajando, pero no anticipa ningún avance sobre el programa nuclear iraní.
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