La primera caravana migrante del año, con cerca de 1.000 personas, salió este martes de la frontera sur de México rumbo a Estados Unidos a pesar de las nuevas restricciones migratorias en ese país.
Este contingente, conformado por migrantes de Venezuela, Honduras, Ecuador, El Salvador, Haití y Guatemala, salió de Tapachula, en el límite de México con Guatemala, con primer destino en Arriaga, ambas ciudades en el estado de Chiapas, donde esperan agruparse con más personas.
Algunos migrantes llevan documentos legales expedidos por el Instituto Nacional de Migración (INM), aunque solo les permiten permanecer en Chiapas. Mientras que otros van de manera irregular.
Uno de los integrantes de la caravana es Dany González, quien salió de Venezuela el 14 de febrero para intentar ir a trabaja en Estados Unidos y mandarle dinero a su esposa e hija.
“Soy docente de Literatura en Venezuela, ganaba 7 dólares mensuales que me alcanzaban para comprar 7 kilos de arroz al mes, de ahí a tratar de sobrevivir, pero eso me obligó a salir con unos 1.500 dólares que obtuve para emprender esta travesía”, contó a Efe.
Caravana avanza a paso lento
González relató que en Nicaragua los intentó detener la policía de ese país, donde sufrió un accidente junto con un grupo de personas con las que viaja y quedó lastimado de un tobillo.
Esta caravana avanza a paso lento hacia el municipio de Huixtla, a unos 45 kilómetros de Tapachula, donde las autoridades del INM han explicado que deben regularizarse y regresar a Tapachula para que les expidan un documento para estar de manera legal en Chiapas.
Otra historia similar es la de Kelvin Ochoa, quien viaja con su esposa y su hijo.
Ochoa, de 29 años de edad, que se apoya con una vara sobre la carretera Huehuetán-Huixtla, sufrió un accidente en una motocicleta al cruzar la Selva del Darién, en la frontera de Panamá con Colombia, donde se fracturó la pierna y le colocaron cinco tornillos hace cinco meses.
Acompañado de su esposa, Elena, de 30 años de edad, le cuesta caminar porque necesita otra operación.
«Eso no me ha quitado el sueño, por lo que estamos haciendo el esfuerzo de seguir adelante”, dijo a Efe.
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