Nuevas restricciones adoptadas por el gobierno de São Paulo, uno de los estados brasileños más afectados por la pandemia del coronavirus, entraron este lunes en vigor con el objetivo de evitar el colapso de su sistema público de salud.
Las medidas estarán vigentes al menos hasta el 30 de marzo y endurecen las ya implementadas desde principios de mes. Anteriormente, se decretó el cierre de todos los establecimientos comerciales, salvo los de primera necesidad.
Sin embargo, ante el rápido incremento de las hospitalizaciones, São Paulo pasó de la fase roja de su confinamiento a una fase de emergencia para evitar el colapso. El aislamiento será todavía más rígido aunque sin llegar al extremo del lockdown practicado en algunos países europeos.
En esta nueva etapa más restrictiva, São Paulo suspendió las actividades colectivas de carácter religioso y deportivo. También cerró las tiendas de materiales de construcción y prohibió el acceso a las playas, que habían registrado una gran afluencia de público.
En números absolutos, São Paulo, motor económico y región más poblada de Brasil, es el estado del país más golpeado por el covid-19. Se contabilizaron 2,2 millones de contagios y 64.123 muertes relacionadas con la enfermedad.
São Paulo superó recientemente su máximo diario de fallecidos y se acerca peligrosamente al colapso de sus hospitales públicos. Casi 90% de las camas de terapia intensiva están ocupadas.
Este agravamiento de la pandemia coincide con la circulación de nuevas variantes más transmisibles, entre ellas una de origen brasileño (P.1).