Al menos 70 soldados yemeníes murieron en un ataque con misiles de los rebeldes hutíes contra una mezquita en la provincia de Marib, en el este de Saná, capital de Yemen, indicaron este domingo fuentes médicas y militares.
Este ataque se origina después de algunos meses de relativa calma en el conflicto que enfrenta desde hace más de cinco años en Yemen a los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, y al gobierno reconocido por la comunidad internacional, que es apoyado por una coalición militar liderada por Arabia Saudita. Los rebeldes hutíes ocupan Saná desde 2014.
Hechos
El ataque se originó el sábado en una mezquita en el campamento militar de Marib durante la oración del anochecer, dijeron fuentes militares.
Una fuente médica del hospital de Marib, a donde trasladaron a las víctimas, dijo que «al menos 70 soldados murieron en el ataque».
El ataque se originó luego de una ofensiva de las tropas progubernamentales contra los rebeldes en la zona de Naham, en el norte de Saná. Esta ofensiva cuenta con el apoyo militar de la coalición liderada por Arabia Saudita.
El presidente yemení Abd Rabbo Mansur Hadi acusó a los hutíes del ataque, que calificó de «cobarde y terrorista», según medios oficiales.
«Las vergonzosas acciones de la milicia hutí muestran, sin duda, su rechazo para alcanzar la paz, porque solo sabe de muerte y destrucción y es el barato instrumento iraní en la región», afirmó.
Los rebeldes hutíes no se atribuyeron de inmediato la responsabilidad del ataque.
Crisis de confianza
Decenas de miles de personas, en su mayoría civiles, han muerto por el conflicto en Yemen desde 2015.
Pese a sus esfuerzos, Naciones Unidas tiene dificultades en implementar un verdadero proceso de paz en Yemen.
Un acuerdo firmado en 2018 en Suecia, bajo la égida de la ONU, permitió una desescalada en la estratégica ciudad portuaria de Hodeida, suroeste de Yemen, pero no todas sus cláusulas sea respetadas.
Entre ellas, están pendientes la retirada de las fuerzas del gobierno y de los rebeldes, un intercambio global de prisioneros y la apertura de corredores humanitarios en Taez, otra gran ciudad de la zona rodeada por los rebeldes.
ONU en Yemen
No obstante, el emisario de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, constató que, hasta el ataque del sábado, Yemen vivió un período de clara reducción de actividades militares.
«Hemos sido testigos de uno de los períodos más tranquilos del conflicto», dijo el emisario de la ONU. «La desescalada militar no puede mantenerse si no hay progresos políticos entre los bandos, y este es el próximo desafío», mencionó.
Aproximadamente 3,3 millones de personas siguen desplazadas y 24,1 millones; es decir, dos terceras partes de la población, necesitan asistencia, según la ONU. Este organismo califica habitualmente el conflicto de Yemen como la actual peor crisis humanitaria del planeta.
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