MUNDO

Empresa mexicana aseguró que su trabajo con los CLAP fue legal

por El Nacional El Nacional

La empresa mexicana El Sardinero, proveedora del programa de alimentos venezolano CLAP, aseguró que sus operaciones con el régimen de Nicolás Maduro se realizaron apegadas a las leyes.

La empresa, que está siendo investigada por Estados Unidos, sostuvo que su trayectoria es intachable, reseñó El Nuevo Herald.

Las autoridades estadounidenses califican al CLAP como un esquema de corrupción permitido por el régimen, para acumular millones de dólares a costa del hambre de los venezolanos.

En una carta dirigida al mencionado diario, la empresa se distanció del esquema de corrupción que se le ha atribuido a Maduro y sus socios.

«El Sardinero no fue fabricante de los productos y no estuvo a cargo de la transportación de las despensas, únicamente actuó como el encargado de comprar y armar las denominadas CLAP, las cuales incluían productos de los fabricantes más prestigiados de nuestro país», esclareció la compañía en la misiva.

Añadió que su participación fue la fabricación de despensas que iba dirigida a una empresa, que a su vez tenía como cliente al régimen venezolano. «Se realizó en estricto apego a las leyes mexicanas y cumpliendo en todo momento con los más altos estándares de calidad».

Publicación

La carta de la compañía respondió a un articulo publicado por El Nuevo Herald.  El diario señaló que El Sardinero obtuvo un ambicioso contrato gubernamental en México, aun cuando estaba vinculada con las cajas CLAP.

El artículo señaló que la empresa fue sancionada en 2014 por las autoridades mexicanas por “falsificar la dirección de la empresa en una licitación pública”. El señalamiento fue negado en el documento.

“El Sardinero es una empresa con más de 18 años de experiencia. Con una trayectoria comercial intachable y jamás ha sido sancionada por autoridad alguna”, destacó.

El CLAP se encuentra en el foco de atención del Departamento de Estado  de Estados Unidos, luego de que este determinara que Nicolás Maduro y Alex Saab, empresario colombiano, se lucraran con millones de dólares fruto de la sobrefacturación de los precios de los alimentos en Venezuela.