“La amenaza de Venezuela y la inestabilidad que Nicolás Maduro quiere crear en Colombia han quedado muy en claro”. Así lo afirmó Francisco Santos, embajador de Colombia en Estados Unidos, quien agregó que para su país este “es un asunto existencial”.
En una entrevista para el diario El Nuevo Herald, dijo que una de sus funciones clave es mantener a Washington centrado en Venezuela como una amenaza para la región.
Durante la Asamblea General de la ONU a principios de este mes, Santos fue parte del equipo que hizo circular un informe clasificado que, se dice, detalla las relaciones entre el gobierno de Maduro y los dos principales grupos guerrilleros colombianos.
“El dossier muestra dónde están los campamentos, dónde están las pistas de aterrizaje en Venezuela. Eso convierte al ELN en una especie de Hezbollah en las Américas. Y esto ocurre aquí en el vecindario”, destacó.
Las acusaciones contra Venezuela datan al menos de hace dos décadas, pero Santos dijo que el informe sale a relucir en medio de un consenso regional cada vez más fuerte de que Maduro debe dejar el poder.
Colombia ya está en la primera línea del frente de la crisis migratoria venezolana. En años recientes, más de 4,3 millones de venezolanos han huido de su país en medio del colapso de la economía y los enfrentamientos políticos, y más de 1,5 millones viven en Colombia.
Bogotá ha respondido entregando permisos de trabajo a casi 600.000 venezolanos y ha mantenido su frontera abierta.
“Ningún otro país del mundo está haciendo eso. Es un gran ejemplo de solidaridad, de los valores liberales occidentales, que indican acoger al vecino que está enfermo y hambriento. Y creo que es algo de lo que Colombia debe estar muy orgullosa, algo que el mundo debe observar con asombro y decir que debemos ayudar más a Colombia”, indicó.
Al preguntársele cuánto tiempo sería políticamente viable para Colombia mantener su política de brazos abiertos, Santos dijo que era “la pregunta del millón de dólares”.
Juan Guaidó
Para Francisco Santos este no es el momento en el que la comunidad internacional debe perder la fe en el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
“Necesitamos a un Guaidó fuerte. Cualquier cosa que lo debilite será un problema enorme”, añadió.