La respuesta del gobierno de Donald Trump a la pandemia del coronavirus juega un papel importante en su campaña electoral en todos los niveles. La enfermedad fue uno de los cinco grandes temas que se intentó abordar en el debate.
El mandatario estadounidense afirmó durante un evento en Duluth, Minnesota, que había ganado el primer debate presidencial contra su oponente el exvicepresidente Joe Biden.
«El veredicto ya está dado y dicen que nosotros ganamos a lo grande», dijo Trump con gran emoción a la multitud. Pero, tras el encuentro, el presidente y la primera dama Melania, anunciaban este viernes en la madrugada dar positivo al covid-19.
Una encuesta de Cspan en Twitter que tenía 325.530 votos registró 69% a favor de Trump, y 18,7% a favor de Biden.
«Encuestas posteriores al debate mostraron que un buen desempeño en el debate de un candidato y un pobre desempeño en el debate de otro candidato influyeron en el resultado de las elecciones. Creo que es importante tenerlo en cuenta y, en particular, creo que en el contexto actual, podríamos hablar sobre lo que está en juego aquí para Trump y para Biden en esta serie de debates», consideró Mitchell S. McKinney, profesor de Comunicación y Director del Instituto de Comunicación Política de la Universidad de Missouri.
El primero en sacar el tema del balance mortal del covid-19 en EE UU, más de 200.000 muertos, según la Universidad Johns Hopkins, fue Biden. «Mucha más gente va a morir si Trump sigue en la Casa Blanca», aseguró. «No tiene ningún plan. No lo tenía en febrero aunque sabía que la enfermedad era letal y no lo tiene ahora». Sin embargo, Trump acusó al demócrata de dejar morir a más de 300.000 veteranos por no darles la asistencia médica adecuada.
Pese a que la mayoría de los estadounidenses ya han decidido por quién votarán en noviembre, y hasta ahora más de un millón de personas en 13 de 50 estados que tiene EE UU, ya han ejercido su derecho de votar por correo de manera segura debido al mortal virus, este primer «debate», catalogado como caótico, puede ser significativo en los estados en que las encuestas están muy ajustadas, como Ohio, donde se celebró el encuentro.
En 2016, Trump ganó ese estado por 8 puntos, pero en las últimas semanas Biden ha ido recortando distancias y ahora le saca una ventaja de apenas un punto porcentual, dentro del margen de error, según la media de encuestas de FiveThirtyEight.
Bradley Jones, investigador asociado de Pew Research Center, dijo que aproximadamente la mitad de los votantes blancos se identifican con el Partido Republicano y cerca de 40% hace lo mismo con el Partido Demócrata, mientras que «los votantes afroamericanos se han asociado abrumadoramente con el Partido Demócrata y solo una pequeña minoría dice sentirse más cerca del Partido Republicano».
Los hispanos por su parte, están en algún punto intermedio, «donde casi 60% se llaman demócratas o se inclinan hacia el partido y 30% a los republicanos», afirmó.
El aspirante demócrata, asimismo durante el debate cuestionó la estrategia de reapertura en todo el país en medio de la pandemia, y pidió que se refuercen las pruebas. Mientras que el presidente Trump presionó para que se abran empresas y escuelas.
«Te diré, Joe, nunca podrías haber hecho el trabajo que hicimos. No lo llevas en la sangre. Nunca podrías haberlo hecho, Joe», dijo Trump. Y citó el manejo de la gripe porcina por parte del gobierno de Barack Obama.
«Tenemos los trajes. Tenemos las mascarillas. Hicimos los ventiladores. No habrías hecho ventiladores. Y ahora estamos a semanas de una vacuna. Ya estamos haciendo tratamientos. Menos gente está muriendo», insistió Trump, que culpó a China por el virus y argumentó que la percepción de la falta de éxito de su gobierno en el manejo de la pandemia es el resultado de la «mala prensa».
Trump y Biden en el «debate»
Cuando surgió la idea de que se ha politizado una vacuna contra el coronavirus, el mandatario en el «debate» no hizo ningún intento de eliminar la idea de que está presionando a las empresas para que desarrollen una antes de las elecciones del 3 de noviembre.
«No estoy de acuerdo con ambos», indicó Trump cuando se le preguntó sobre las declaraciones hechas por expertos en salud en su gobierno, incluido Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, y Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que sugieren que podría ser en 2021 cuando una vacuna esté ampliamente disponible.
Las frecuentes interrupciones de Trump hacia el candidato presidencial demócrata definieron el «debate» del martes por la noche, y Biden con frecuencia no pudo completar una oración.
Mientras que el moderador Chris Wallace de Fox News le pidió a Trump varias veces que permitiera hablar a Biden, no hubo éxito, por lo que la Comisión de Debate Presidencial anunció el 30 de septiembre que cambiaría el formato para los próximos debates presidenciales.
Tras la noticia el presidente estadounidense se opuso a cambiar las reglas para los dos debates restantes contra Biden, pero su campaña informó que, aun así, asistirá.
«¿Por qué debería permitir que la Comisión de Debates cambie las reglas para el segundo y tercer debate cuando gané fácilmente la última vez?», comentó el mandatario en Twitter.
El candidato republicano también afirmó que Biden está tratando de salir del segundo debate presidencial previsto para el 15 de octubre en Miami, pero el aspirante demócrata aseguró que sí participará.
Los debates y la tradición en EE UU
Durante una conferencia virtual en la gira electoral del Centro de Prensa Internacional de Estados Unidos, McKinney explicó que no es necesario que los candidatos debatan.
«Realmente se convirtió en una tradición de campaña desde 1976. Y a veces los candidatos se han negado. Jimmy Carter se negó hasta solo nueve días antes de su elección con Ronald Reagan, quien tuvo un desempeño de debate muy fuerte y ganó de manera aplastante», recordó el experto.
El segundo debate tendrá un formato de asamblea pública, mientras que el tercer y último debate, programado para el 22 de octubre en Nashville, tendrá un formato similar al del martes.
A medida que avancen los debates presidenciales, que por lo general «estarán más orientados al ataque», señaló el experto en comunicación política, los votantes elegibles podrán conocer más de cerca quién pudiera ser el hombre que gobierne al país más poderoso del mundo.
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