El Vaticano no consideró pedir el certificado sanitario, que se exige en muchos países incluido Italia para poder acceder a actos o lugares cerrados, a los cientos de fieles que asistieron este miércoles a la audiencia general con el papa Francisco en el aula Pablo VI, aunque sí lo pide para los visitantes de los Museos y Jardines vaticanos.
El papa Francisco y el resto de personas que trabajan y viven en el pequeño Estado pontificio y han sido vacunadas ya tienen su certificado sanitario europeo, después de que el Vaticano llegase a un acuerdo con la Unión Europea para que reconociese la vacunación realizada a través de su propio sistema sanitario.
Este certificado, que prueba estar vacunado al menos con una dosis, haber superado la enfermedad o contar con una prueba reciente con resultado negativo, se exige a los visitantes de los Museos y los Jardines vaticanos o para entrar en el Palacio de los papas de Castelgandolfo.
Sin embargo, los asistentes a las audiencias generales, que por el intenso calor no se celebran al aire libre sino en el aula Pablo VI del Vaticano, no tuvieron que mostrar documentos y sólo se les pidió llevar la mascarilla.
Todos ellos se agolparon en el lugar, sin mantener distancia de seguridad, para poder saludar al pontífice.
Desde el pasado 6 de agosto, Italia exige mostrar el certificado sanitario en el interior de los bares y restaurantes, así como para acceder a los museos, cines, teatros, espectáculos deportivos y parques de atracciones o realizar deporte en espacios cerrados.
A partir del 1 de septiembre será necesario exhibirlo en los transportes de larga distancia y también se exigirá a los profesores y universitarios.