Luego de la captura (23 de octubre de 2021) de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, quien fungía como máximo jefe del Clan del Golfo, son muchos los movimientos y fracturas que se han dado en el mundo del crimen organizado dedicado al tráfico de cocaína.
Y así quedó en evidencia tras el trabajo de investigación que han venido adelantando de manera coordinada varios grupos de inteligencia de la Fuerza Pública de Colombia y agencias internacionales que han estado al frente de la situación jurídica de Otoniel, con la única finalidad de dar cumplimiento a su proceso de extradición a Estados Unidos.
Una fuente del alto gobierno le confirmó a El Tiempo que en medio de dicho trabajo se evidenció que Otoniel estaría planeando cómo evadir su extradición a toda costa y «en medio de su desesperación ha hablado de un plan de fuga», dijo la fuente.
El otrora capo del narcotráfico es uno de los hombres más custodiados en el país, su lugar de reclusión se ha convertido en un búnker, «por eso que se intente fugar es una hipótesis descabellada, pero no por eso se va a bajar la guardia», señaló la fuente.
Todas las medidas de seguridad se han extremado en su sitio de reclusión y se trabaja en un plan especial para actuar en caso de requerir de su desplazamiento a otro lugar.
Asimismo, la fuente dijo que Otoniel tiene un ejército de abogados que estarían tratando de dilatar a todo costa su extradición a Estados Unidos. «Eso para nosotros es muy bueno porque eso demuestra que nunca se sometió o hizo arreglos previos con las autoridades de Norteamérica como lo ha querido presentar para desdibujar su captura», dijo la fuente.
Y añadió que la situación de Otoniel podría complicarse más en Estados Unidos de comprobarse que el año pasado, antes de su captura, ordenó asesinar a Carlos Antonio Moreno Tuberquia, alias Nicolás, quien llegó a ser el segundo al mando del Clan del Golfo.
Nicolás fue capturado en agosto de 2018 y se encontraba en el pabellón de extraditables de La Picota (el año pasado) cuando se conoció de la orden para asesinarlo, por lo que fue trasladado a otro sitio para brindarle seguridad. «La orden era planear una pelea como fachada y eliminarlo», dijo la fuente.
«Al parecer convencieron a Otoniel que Nicolás lo había traicionado y entregado información contra el clan, por lo que habría jurado vengarse», dijo la fuente, que señaló que la extradición de alias Nicolás podría darse en dos meses, antes que la de Otoniel, lo que le daría espacio para negociar con las autoridades de Norteamérica.
Nicolás fue la persona que en su momento adelantó los acercamientos para un eventual sometimiento de la organización ilegal.
Tutelas y derechos de petición
De igual forma, Otoniel, a través de sus abogados, dijo la fuente, ha instaurado tutelas y derechos de petición «porque quiere llevar una vida de lujos en su centro de reclusión», puntualizó.
Señala la fuente que ha tutelado por cosas tan simples como «que le corten el cabello, las uñas, pide comida especial. Quiere privilegios de patrón en la cárcel», reiteró.
Confirmó que al excapo del narcotráfico, por quien Estados Unidos ofrecía cinco millones de dólares en recompensa, aparte de recibir la visita de su equipo jurídico, es visitado por una mujer a la que registró como su esposa y dos de sus hijos.
La disputa por el control del Clan del Golfo
En medio del trabajo de inteligencia de la Fuerza Pública y las agencias internacionales se logró confirmar que Wilmer Antonio Giraldo Quiroz, Siopas, y Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, Chiquito Malo, quienes podrían ser los sucesores de Otoniel, están enfrentados por el control del Clan del Golfo, lo que ha llevado a la división de la estructura.
Esa situación estaría siendo aprovechada por José Gonzalo Sánchez Sánchez, alias Gonzalito, quien se estaría reorganizando en cuanto a hombres y control territorial para consolidar un ala del clan y buscar los contactos con los carteles mexicanos y seguir solo con el tráfico de cocaína.
Por estos tres hombres, considerados objetivos de alto valor por la Fuerza Pública, hay una recompensa de 570 millones de pesos (por cada uno), por información que permita su ubicación y captura.
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