El papel de José Luis Rodríguez Zapatero en la crisis política de Venezuela ha vuelto a ser tema de debate, esta vez por su aparente silencio tras los resultados de las elecciones venezolanas. Mientras varios países, incluidos España y Estados Unidos, y líderes latinoamericanos condenaban el proceso electoral, el expresidente español evitó pronunciarse, lo que ha generado numerosas críticas.
La controversia ha aumentado con la reciente llegada a Madrid de Edmundo González, el presidente electo de Venezuela, quien se vio obligado a abandonar su país debido a la represión del régimen de Nicolás Maduro. Fuentes cercanas indican que Zapatero jugó un papel crucial en las negociaciones que facilitaron la salida de González, aunque públicamente se ha mantenido en silencio.
Zapatero, uno de los pocos líderes internacionales que puede dialogar tanto con la oposición como con el gobierno de Maduro, habría sido contactado por la oposición venezolana para evitar el encarcelamiento de González. Este silencio, según fuentes diplomáticas, tiene como objetivo preservar su capacidad de mediación entre las dos partes.
El debate ha llegado al Congreso español, donde el PSOE ha solicitado que se reconozca «toda la labor de mediación» de Zapatero en Venezuela, rechazando cualquier intento de reconocer a González Urrutia como el presidente legítimo.
Los socialistas insisten en llevar la discusión al seno de la Unión Europea para encontrar una solución diplomática. El Partido Popular (PP) ha respondido duramente, calificando la postura del PSOE como «indecente», y rechazando el texto alternativo que defiende el papel de Zapatero en su trato con el régimen de Maduro.
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