El dicasterio para las Causas de los Santos ha enviado un comunicado de «no objeción» a la archidiócesis de Seúl para iniciar el proceso de beatificación y canonización del cardenal Stephen Kim Sou-hwan.
Fallecido en 2009 con 87 años, el ahora siervo de Dios Kim Sou-hwan fue «el amigo de los pobres y marginados», como le solían llamar. Contribuyó al desarrollo de la archidiócesis de Seúl y al movimiento democrático bajo el régimen de la dictadura militar.
Ordenado sacerdote a los 29 años, ayudó en varias parroquias durante la guerra de Corea (1950-1953), siendo, a su vez, secretario del arzobispo. Fue trasladado a Japón, donde se licenció en Filosofía en la universidad católica de los jesuitas, en Tokio. Regresó a Corea y dirigió el Catholic Shilbo, el periódico católico de la ciudad de Tae Gu. Posteriormente fue enviado a Europa, donde se especializó en ciencias sociales en Münster, Alemania.
Sirvió como arzobispo de Seúl durante 30 años, desde 1968 hasta 1998, año en que renunció al cargo. En la capital surcoreana, trabajó por implantar el espíritu del Vaticano II en la diócesis e intensificó la actividad evangelizadora invitando a la participación de los laicos.
Una de sus prioridades fue la búsqueda del diálogo con los no cristianos y la coordinación y promoción de ayudas humanitarias y caritativas. Destacaron sus declaraciones e iniciativas en favor de los derechos humanos en situaciones políticas difíciles.
Fue proclamado cardenal por el Papa Pablo VI, en 1969. En su vida siempre destacó su servicio a los demás, incluso cuando falleció, dejó escrito en su testamento que sus órganos fueran donados. Así, se realizó una operación quirúrgica en los ojos del cardenal que fueron utilizados para dos trasplantes de córneas.
Monseñor Job Yobi Koo, vicario general de Seúl, preside la comisión diocesana para la beatificación y canonización del cardenal Kim, la cual tiene previsto realizar investigaciones sobre la vida del purpurado en sus diversos aspectos, virtudes heroicas y fama de santidad.