El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, lanzó este martes duras críticas a la decisión del régimen de Nicolás Maduro de suspender los vuelos de la aerolínea lusa TAP en el país, que consideró injusta, inaceptable e incomprensible.
«Es injusto, es inaceptable y es una postura que en la óptica del gobierno (luso), del presidente y de Portugal es totalmente incomprensible». Así dijo en declaraciones a periodistas en Lisboa, donde habló de ataques a TAP y a Portugal sin mínimo fundamento.
El jefe del Estado portugués defendió que la suspensión no puede dejar de ser repudiada. Además, resaltó que tiene impactos en la reputación de TAP y de Portugal.
Rebelo de Sousa mostró su apoyo a la postura defendida previamente por el ministro de Exteriores luso, Augusto Santos Silva, que dijo en declaraciones a EFE que la medida es injustificada y muy perjudicial para las personas.
TAP, cuyo mayor accionista es el Estado portugués, ha visto suspendidas sus operaciones en Venezuela durante 90 días por parte el régimen de Maduro. La decisión se adoptó luego de la apertura de una investigación por el presunto ingreso de explosivos en un vuelo de esta empresa.
Las pesquisas se refieren a presuntos fallos en la seguridad en el vuelo TP173 que llegó a Caracas procedente de Lisboa hace una semana. En ese viaje iba el presidente interino de la República, Juan Guaidó, y su tío Juan José Márquez.
El régimen de Maduro dijo que el tío de Guaidó, a quien apresaron, transportó en ese vuelo explosivos sintéticos, chalecos antibalas no declarados y un plan, redactado en inglés, para cometer atentados en el país.
Con respecto a la acusación grave de fallas de seguridad por parte de TAP, Santos Silva recordó que en Portugal se ha abierto una investigación al respecto que aún está en curso. Además, lamentó que la suspensión se haya decidido sin tener los resultados de esta pesquisa.
Portugal mantiene una histórica relación con Venezuela debido a la comunidad lusa presente en el país gracias a la inmigración entre las décadas de 1940 y 1980. La mayoría de esa diáspora es procedente del archipiélago de Madeira.