El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió este miércoles el respaldo electoral del principal sindicato del automóvil de Estados Unidos, un espaldarazo para el demócrata por el crucial voto obrero de cara a las presidenciales de noviembre.
«Nuestro apoyo hay que ganárselo. Joe Biden se lo ha ganado», dijo el número uno de United Auto Workers (UAW), Shawn Fain, a una multitud en Washington, antes de que Biden subiera al estrado luciendo una gorra de béisbol del sindicato.
Donald Trump, que se perfila como el posible rival de Biden en las presidenciales, quiere «perjudicar a la clase trabajadora estadounidense», afirmó Fain.
Los sindicalistas abuchearon cuando se mencionó el nombre de Trump y gritaron «¡Joe!» cuando Fain les preguntó quién querían que fuera presidente tras las próximas elecciones.
«Cuento con ustedes y ustedes cuentan conmigo», dijo Biden.
Pero su discurso se vio brevemente interrumpido por segundo día por un pequeño número de manifestantes que protestaban por la guerra de Israel en Gaza contra Hamas, antes de que los guardias de seguridad les hicieran salir.
En el exterior, una decena de manifestantes propalestinos también corearon lemas que acusan a Biden de «genocidio».
En diciembre UAW pidió un alto el fuego en Gaza, convirtiéndose en el mayor sindicato estadounidense en hacerlo, lo que le enfrentó a Biden, que ha respaldado firmemente a Israel desde los ataques del movimiento islamista palestino Hamás del 7 de octubre.
El apoyo del sindicato llega en un momento significativo para Biden, que se centra en una posible revancha con Trump, después de que el expresidente se asegurara prácticamente la nominación republicana en las primarias de New Hampshire el martes.
Ganar el voto obrero fue clave para la victoria electoral de Trump en 2016 y para la de Biden en 2020, y se da por sentado que volverá a serlo en noviembre.
Megáfono en mano, Biden se convirtió el año pasado en el primer presidente estadounidense en ejercicio en visitar un piquete, cuando apoyó a Fain en Michigan, en plena huelga de los trabajadores que demandaban mejoras salariales.
El demócrata, partidario de larga data de los sindicatos, presionó a los fabricantes de automóviles Ford, General Motors y Stellantis para que ofrecieran a los sindicatos un mejor acuerdo y lograr así que pusieran fin a la huelga.
La movilización se tradujo en aumentos salariales mayores a los ofrecidos por las marcas.
«Este noviembre podemos levantarnos y elegir a alguien que esté con nosotros y apoye nuestra causa. O podemos elegir a alguien que nos dividirá y se opondrá a nosotros», dijo Shawn Fain.
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