El partido de centro-derecha en el poder en Cabo Verde lidera el recuento oficial de los votos con 95% de los centros de votación escrutados, tras las elecciones legislativas celebradas este domingo en este archipiélago africano.
El Movimiento por la Democracia (MpD) del primer ministro saliente, Ulisses Correia e Silva, en el poder desde 2016, sumaba 36 de los 72 escaños del Parlamento, según resultados todavía parciales de la Comisión Electoral Nacional.
El MpD, que en la anterior legislatura tenía 40 diputados, aspira a conseguir la mayoría absoluta de 37 diputados, ya que todavía quedan por asignar cuatro escaños.
«Es una gran victoria, la victoria de Cabo Verde», dijo el primer ministro, de 58 años, a la prensa.
Celebración
Un centenar de partidarios del primer ministro bailaban y cantaban frente a la sede del partido, en el centro de Praia, la capital, constataron periodistas de la AFP.
El partido de centro-derecha se distancia del Partido Africano por la Independencia de Cabo Verde (PAICV, socialista) de Janira Hopffer Almada, que se adjudicaba 26 escaños.
La exministra de 42 años parece haber perdido su apuesta de llevar de nuevo al poder al expartido único, y convertirse en la primera mujer en dirigir el gobierno de esta antigua colonia portuguesa.
Alejada, la Unión Caboverdiana Independiente y Democrática (UCID, demócrata cristiana) se ha hecho con cuatro escaños.
Excepción democrática en África, Cabo Verde, el archipiélago de 550.000 habitantes en pleno Atlántico, a unos 600 km de las costas de Senegal, ha sufrido duramente la pandemia del coronavirus.
El país registró en 2020 una recesión histórica de 14,8%, después de que la epidemia pusiera de rodillas a la economía de este archipiélago muy dependiente del turismo, que representa 25% de su PIB.
Desde las elecciones libres de 1991, este pequeño país de África occidental, modelo democrático en el continente, no ha registrado ningún incidente ni violencia relacionada con las elecciones o sus resultados.
Cabo Verde está dotado con un régimen semiparlamentario donde el primer ministro domina el ejecutivo y el presidente (Jorge Carlos Fonseca, MpD) tiene un papel de árbitro.