Un nutrido grupo de diputados conservadores británicos amenaza con rebelarse contra su propio gobierno, encabezado por el primer ministro Boris Johnson. Desean exigir que el Parlamento someta a votación cualquier medida contra el coronavirus antes de que entre en vigor.
El próximo miércoles, el Ejecutivo del Reino Unido debe renovar en la Cámara de los Comunes los poderes de emergencia que asumió hace seis meses para lidiar con la pandemia. El presidente del grupo parlamentario conservador, Graham Brady, encabeza la facción «torie» que asegura tener peso suficiente para imponerse a la voluntad del gobierno en ese voto.
Brady presentó una enmienda para incrementar el control parlamentario de las medidas contra la pandemia que necesitaría el apoyo de la oposición. También necesita de al menos 43 conservadores para salir adelante.
La estimación del diario The Observer es que ya hay 46 parlamentarios de la bancada conservadora dispuestos a respaldarla.
«Los diputados deberían compartir la terrible carga de las decisiones en estas circunstancias. Y no solo aprobar en retrospectiva lo que el gobierno ya ha hecho», indicó este domingo a Sky News Steve Baker, uno de los rebeldes.
Poderes draconianos
Baker, que en los últimos años se ha erigido como uno de los más abiertos defensores de un Brexit duro, advirtió que el Ejecutivo no debe ejercer «poderes draconianos».
«¿Cómo piensa la gente que muere la libertad? Ocurre así, con un gobierno ejerciendo poderes draconianios sin escrutinio parlamentario por adelantado. Minan el imperio de la ley, teniendo carta blanca con unas leyes que nadie puede comprender», argumentó.
Johnson anunció la semana pasada un paquete de medidas para tratar de contener la segunda ola del coronavirus, luego de un agudo incremento de los contagios en el Reino Unido.
El primer ministro ordenó el cierre de bares y restaurantes a las 10:00 pm y endureció las normas que obligan a usar mascarilla en comercios y transporte.