El Papa Francisco condenó este domingo la guerra en Ucrania, repudió los conflictos que devastan el presente y el futuro de las sociedades y pidió a los gobernantes que negocien seriamente la paz.
«Ha pasado más de un mes del inicio de la invasión en Ucrania, de esta guerra cruel e insensata que, como toda guerra, es una derrota para todos. Hay que repudiar la guerra», que obliga a «padres y madres a enterrar a sus hijos, que hace que los hombres maten a sus hermanos sin haberlos nunca visto» y en la que «los poderosos deciden y los pobres mueren», dijo, tras el rezo del Ángelus.
El pontífice sostuvo que la guerra es «un acto bárbaro y sacrílego» y que «no puede ser algo inevitable» a lo que la gente acabe acostumbrándose.
Además, hizo un llamamiento a los «responsables políticos para que reflexionen» y comprendan que «cada día de guerra empeora la situación de todos».
«Basta, paren, dejen las armas, dialoguen seriamente por la paz», concluyó el papa sobre la invasión rusa a Ucrania en el que pidió la paz.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado en menos de treinta días el desplazamiento forzoso de 6,5 millones de personas y la huida del país de 3,7 millones de refugiados, según los últimos datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR.