La religiosa María Rita de Souza Brito Lopes Pontes, llamada Irmã Dulce, es conocida como la «Madre Teresa de Calcuta brasileña» por su dedicación a los pobres y los más necesitados. Así lo reseñó el medio DW.
En la ceremonia del Vaticano también subieron a los altares otros cuatro santos: el cardenal británico John Henry Newman, que a los 44 años se convirtió al catolicismo, y las religiosas italiana Giuseppina Vannini, la india María Teresa Chiramel y la suiza Marguerite Bays.
El ascenso de Irmã Dulce a los altares se produce 27 años después de su fallecimiento.
Se trata del tercer proceso más rápido de la historia reciente después del de San Juan Pablo II, 9 años después su muerte, y Santa Teresa de Calcuta, a 19 años de su fallecimiento.
Su legado
Durante su vida, Irmã Dulce se dedicó a atender a los pobres, a los enfermos y a los más necesitados. Desarrolló una importante obra social en su estado natal Bahía, donde fundó varios hospitales de caridad y un sistema de apoyo social. Un trabajo que realizó hasta su muerte, el 13 marzo de 1992, cuando tenía 77 años de edad.
Beatificada en 2011 por voluntad del papa Benedicto XVI, dejó un legado que incluye una red de hospitales y centros de salud para los pobres que atiende a 5 millones de personas al año.