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El Papa pide luchar por la paz ante el «desierto de muerte» en Gaza, Siria y Ucrania

por Avatar EFE

El papa Francisco pidió este martes luchar por la paz ante el «desierto de muerte» en Siria, Gaza y Ucrania, durante el rezo del ángelus en el día de San Esteban, considerado el primer mártir de la Iglesia católica.

«A la intercesión del primer mártir también pedimos la invocación de la paz de los pueblos desgarrados por la guerra», dijo el Papa asomado a la ventana del palacio apostólico.

Y añadió: «Los medios de comunicación nos muestran lo que produce la guerra. Lo hemos visto en Siria, en Gaza, lo vemos en la martirizada Ucrania. Un desierto de muerte y ¿eso es lo que queremos?».

«Los pueblos quieren la paz. Recemos por la paz, luchemos por la paz», concluyó su llamamiento.

En el mensaje de Navidad de este lunes antes de la bendición ‘urbi et orbi’, el pontífice aseguró que «la gente, que no quiere armas sino pan, que le cuesta seguir adelante y pide paz, ignora cuántos fondos públicos se destinan a los armamentos. ¡Y, sin embargo, deberían saberlo!».

«Que se hable sobre esto, que se escriba sobre esto, para que se conozcan los intereses y los beneficios que mueven los hilos de las guerras», dijo.

«El mundo se ríe de los cristianos»

Por otra parte, el papa lamentó que continúa la persecución de los cristianos y «que hay quien cada día lucha por seguir el Evangelio, mientras el mundo se ríe de ellos y predica otra cosa», en el ángelus en el día de San Esteban, considerado el primer mártir de la Iglesia católica.

«Hoy, dos mil años después, vemos tristemente que la persecución continúa: sigue habiendo -y son muchos- quienes sufren y mueren por dar testimonio de Jesús, como también hay quienes son penalizados a diversos niveles por comportarse de forma coherente con el Evangelio, y quienes luchan cada día por mantenerse fieles, sin aspavientos, a sus buenos deberes, mientras el mundo se ríe de ellos y predica otra cosa», dijo el papa en el rezo del ángelus.

Y asomado a la ventana del palacio pontificio añadió. «Estos hermanos y hermanas también pueden parecer fracasados, pero hoy vemos que no es así. De hecho, ahora como entonces, la semilla de sus sacrificios, que parecía morir, brota y da fruto, porque Dios, a través de ellos, sigue obrando maravillas, para cambiar los corazones y salvar a los hombres.

Entonces preguntó a los fieles: ¿me intereso y rezo por quienes, en diversas partes del mundo, siguen sufriendo y muriendo por la fe? Y a la vez, ¿intento dar testimonio del Evangelio con coherencia, mansedumbre y confianza?.

También expresó su cercanía a las comunidades cristianas que sufren discriminación y les exhorto a perseverar en su lucha pacífica por la justicia y la libertad religiosa.