El papa Francisco recibió en audiencia al presidente de Irak, Barham Salih, con quien abordó los conflictos y las graves crisis humanitarias que se viven en esa región del Medio Oriente.
La reunión tuvo lugar en el Palacio Apostólico, en un clima de cordialidad.
Se habló sobre los retos que afronta Irak y la importancia de favorecer la estabilidad y el proceso de reconstrucción, dijo el Vaticano en un comunicado.
Para ello apuntaron la necesidad de alentar la vía del diálogo y la búsqueda de soluciones adecuadas en favor de los ciudadanos y en el respeto de la soberanía nacional.
Sin embargo, sobre la mesa también estuvieron las tensiones que la región vive, con el enfrentamiento entre Irán y Estados Unidos, aunque en la nota no se hace alusión a ello.
Ambos analizaron «los diferentes conflictos y las graves crisis humanitarias que afligen a la región, subrayando la importancia de los esfuerzos realizados con el apoyo de la comunidad internacional para restablecer la confianza y la coexistencia pacífica».
Pero también hablaron de la minoría cristiana presente en este país, víctimas de la persecución de los yihadistas y de la violencia.
Destacaron la importancia de preservar la presencia histórica de los cristianos en el país, del que son parte integrante, y su significativa contribución a la reconstrucción del tejido social.
Subrayaron la necesidad de garantizarles seguridad y un lugar en el futuro de Irak.
El presidente Salih dijo en Twitter que era un honor el encuentro con el Papa. Aseguró que ambos estudiaron profundamente la situación de Irak y las graves tensiones en la región.
Barham Salih regaló al Papa una reproducción en plata de la Estrella de Hammurabi, un símbolo de paz.
Al verlo, Francisco se lo agradeció y, de manera jocosa, le dijo que esperaba como presente un carnet de identidad como «nieto, nieto, nieto de Abraham», padre de las tres religiones monoteístas. Esto hizo reír al presidente Salih.
El sumo pontífice obsequió a Salih varios de sus textos y documentos, así como una placa con la inscripción de una frase del profeta Isaías, «Los desiertos se convertirán en jardines».
Tras la reunión a puerta cerrada con el Papa, Salih se reunió con el secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, y el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher.
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