El papa Francisco presidió su audiencia semanal este miércoles pese a una gripe que lo obligó a cancelar su viaje a la COP28 de Dubái, y pidió a un asistente que leyera en lugar de él.
El pontífice argentino, de 86 años de edad, parecía cansado y con dificultades para respirar ante la audiencia, en el Vaticano, a la que dijo: «Con esta gripe, todavía no estoy bien».
Ante el cuadro gripal sufrido desde el fin de semana, y siguiendo el consejo de sus médicos, Francisco se vio obligado el martes a cancelar el viaje a la cumbre anual del clima, la COP28, que este año se celebra en Dubái.
El pontífice, que en su juventud se sometió a una ablación parcial de un pulmón, tenía previsto un discurso el sábado, como parte de una estadía en Emiratos Árabes Unidos programada inicialmente de viernes a domingo.
Al final de la audiencia de este miércoles, Francisco pidió poner fin a las guerras de Gaza y Ucrania, con una voz muy tenue. Sin embargo, pareció más animado al asistir a un espectáculo circense con acróbatas.
Francisco, que en los últimos años sufrió varios problemas de salud y en junio fue sometido a una operación en el abdomen, canceló sus audiencias el sábado debido a lo que el Vaticano calificó como un «ligero estado gripal».
El sumo pontífice se sometió a una tomografía computarizada que descartó el riesgo de complicaciones pulmonares. El Vaticano indicó que Francisco estaba recibiendo antibióticos por vía intravenosa.