La rápida propagación de la variante ómicron, anunciaba el viernes otra Navidad teñida de pandemia, con miles de vuelos cancelados, las ansiadas reuniones familiares eclipsadas por las crecientes restricciones sanitarias, récords de contagios y entrada en vigencia de la obligatoriedad de vacunarse en Ecuador.
Por segundo año consecutivo, el virus complica los planes navideños y celebraciones en todo el planeta, de Sídney al Vaticano: el papa Francisco presidió el viernes por la noche la tradicional misa de la noche de Navidad en la Basílica de San Pedro en Roma frente a unas 2.000 personas, -según la sala de prensa de la Santa Sede- enmascaradas y sentadas a distancia de una de las otras.
Eso sí, fueron más que las apenas 200 que pudieron asistir un año antes por el virus. En su homilía, el pontífice hizo un alegato a favor de la humildad, invitando a los fieles y a la Iglesia a renunciando a la avaricia y «redescubrir las pequeñas cosas de la vida».
En la ciudad de Belén, en los territorios ocupados palestinos, apenas unos pocos cientos de personas se reunieron a pesar del frío en la plaza del Pesebre, el lugar en el que según la tradición cristiana nació Jesús de Nazaret, para seguir un desfile de scouts palestinos.
Y al igual que en 2020, la misa de medianoche estará reservada a un pequeño grupo de fieles que asisten con invitación.
«Vacuna como presente de Navidad»
En todo el mundo, los distintos gobiernos están volviendo a imponer restricciones y medidas de seguridad para contener la expansión del virus, aguándole las fiestas a muchos… por su propio bien.
En Ecuador, sus habitantes no tendrán otra opción que vacunarse: el viernes comenzó a regir la vacunación obligatoria para toda la población mayor de 5 años, el primero en hacerlo en todo el mundo.
En otros países, incluidos muchos europeos, la tendencia es también al endurecimiento de las restricciones: Holanda volvió a imponer el confinamiento, mientras que en España e Italia la población deberá volver a llevar mascarilla de forma obligatoria en exteriores, lo mismo que en Grecia, también en interiores, hasta el 2 de enero.
En la región de Cataluña, de una de las más pobladas de España, las autoridades han impuesto un toque de queda de 1:00 a 6:00 de la madrugada y limitando las reuniones a diez personas justo antes de las fiestas de Navidad.
Mientras, en Francia el gobierno urge a a ponerse la dosis de refuerzo tres meses después de la inicial, frente a la recomendación actual de esperar cinco meses.
Francia batió otro récord de contagios el viernes, con mas de 94.000 casos diarios y en Reino Unido, hubo también un máximo histórico: 122.000 nuevos casos de covid-19 en 24 horas.
En tal contexto, el primer ministro británico recomendaba a los ciudadanos ponerse la dosis de refuerzo de la vacuna como regalo para sus seres queridos.
«Operación Regalos» en marcha
Las compañías aéreas cancelaron más de 2.000 vuelos en todo el mundo, una cuarta parte de ellos en Estados Unidos, debido a la expansión de la variante ómicron del covid-19.
Según el sitio web Flightaware, a las 15:40 GMT del viernes se habían registrado al menos 2.116 cancelaciones de vuelos, de las cuales 499 son viajes vinculados a Estados Unidos, ya sean internacionales o internos.
Pero las dificultades derivadas de una crisis aparentemente interminable no iban a impedir que Santa hiciera su trabajo.
El invitado más esperado por niños de todo el planeta más esperado había sido autorizado para viajar en el espacio aéreo de Canadá después de mostrar una prueba de vacunación y una prueba de covid negativa antes del vuelo, aseguró el ministro de Transporte de Ottawa.
La tripulación de vuelo al completo, incluido el reno Rudolph, cuya «nariz brillaba de color rojo y brillante (pero) se había asegurado de no tener síntomas de covid-19 antes de despegar», también había recibido la autorización.
La visita del famoso trineo será la única que muchas personas reciban esta noche en su casa: millones permanecerán aisladas por precaución, por estar contagiadas o por haber estado en contacto con personas que dieron positivo.
La pandemia ha provocado la muerte de al menos 5.385.564 personas en todo el mundo desde finales de 2019, según una evaluación que estableció la AFP a partir de fuentes oficiales el viernes.