Un francotirador de la policía de la ciudad brasileña de Río de Janeiro ultimó al secuestrador que mantenía como rehenes a los ocupantes de un autobús.
El hombre fue impactado cuando se puso en la puerta del autobús, profirió algunas palabras a los negociadores de la policía e intentaba volver al interior del vehículo.
La Policía Militarizada informó que el hombre enmascarado murió cuando era trasladado en un ambulancia a un hospital próximo.
En la acción del francotirador se escucharon tres disparos, de acuerdo con los medios que estaban en el lugar de los hechos.
Arma de juguete
El arma de fuego usada por el secuestrador era de juguete, pero portaba un cuchillo y un galón de gasolina, según las primeras informaciones.
El suceso ocurrió sobre el emblemático puente Río-Niteroi, que comunica esas dos importantes ciudades de la región metropolitana de Río de Janeiro.
El mismo causó un gran embotellamiento de 81 kilómetros de tráfico desde las primeras horas de la mañana.
El vehículo había salido desde Sao Gonçalo, con destino al centro de Río de Janeiro.
El secuestrador lanzó un objeto incendiario desde el interior del autobús para ratificar sus amenazas.
Después del desenlace, el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, llegó festejando en helicóptero y se bajó de la aeronave haciendo señales de victoria.