Chile ha vivido su peor estallido social en estos últimos días desde el retorno de la democracia hace casi tres décadas, con violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Hasta este lunes, los carabineros habían detenido a casi 1.500 personas que participaban en saqueos de supermercados ubicados en el centro de Santiago.
Andrés Chadwick, ministro del Interior, denunció que Chile enfrenta una «verdadera escalada»: «Sin duda es organizada para causar un grave daño a nuestro país y a la vida de cada uno de los ciudadanos».
Los saqueos registrados este fin de semana dejaron por lo menos siete personas muertas: dos en el incendio de un supermercado y cinco en el de una fábrica téxtil.
El caos se extendió al aeropuerto de Santiago, donde cientos de vuelos fueron cancelados. Miles de personas esperaban en las terminales la reprogramación de sus vuelos durmiendo en los pasillos, a los que empezaron a sumarse quienes llegaban a la capital y preferían no trasladarse a sus alojamientos en pleno toque de queda.