El Kremlin rehusó este viernes confirmar el comienzo del traslado de cargas nucleares tácticas rusas al territorio de Bielorrusia, anunciado la víspera por el presidente de ese país vecino de Ucrania, Alexandr Lukashenko.
«Sabemos que Bielorrusia se enfrenta a manifestaciones muy inamistosas, por no decir hostiles, de sus estados vecinos», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda prensa diaria, preguntado sobre si podía confirmar el anuncio del mandatario bielorruso.
Añadió que Moscú escucha «declaraciones muy, muy agresivas contra Bielorrusia y también declaraciones oficiales sobre la intención de interferir en los asuntos internos de Bielorrusia».
«Todo esto nos permite concluir que Bielorrusia, al igual que nosotros, se encuentra en un entorno muy hostil, lo que exige continuar el desarrollo de nuestras relaciones de aliados (…) también en el ámbito militar, que es lo que hacemos», dijo el representante del Kremlin.
Cuando se le preguntó de nuevo sobre si podía confirmar el anuncio de Lukashenko sobre el comienzo del traslado de armas nucleares tácticas rusa a su país, el portavoz zanjó: «He dicho lo que he dicho sobre ese asunto».
El presidente bielorruso se negó a precisar el número de cabezas nucleares que acogerá su país, aunque aseguró haber acordado con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, todos los detalles.
«No voy a revelar el número y su emplazamiento. Hemos acordado el despliegue de las armas nucleares», dijo.
El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, subrayó el jueves que el emplazamiento de armas nucleares tácticas en Bielorrusia no significa la entrega de esas armas al país aliado.
«Rusia no transfiere armas nucleares a la República de Bielorrusia: el control sobre ellas y la decisión de utilizarlas sigue siendo de la parte rusa», enfatizó Shoigú.