Aunque en el campo de batalla la situación parece estancada, Vladimir Putin está decidido a cerrar cualquier brecha interna, por eso el Kremlin continúa sus esfuerzos para sofocar la disidencia interna a través de una legislación que amplía la definición de agentes extranjeros.
A finales de noviembre el gobierno ruso aprobó nuevas restricciones sobre la capacidad de aquellos considerados agentes extranjeros para publicar materiales creados por fuentes influenciadas por extranjeros y realizar actividades públicas. Estas medidas entraron en vigencia el 1 de diciembre.
Por otro lado, el Ministerio de Justicia ruso amplió la lista de agentes extranjeros individuales el 27 de noviembre sobre la base de aquellos individuos que realizan actividades políticas no especificadas.
Sin embargo, la medida más peligrosa de todas pasó por la firma del propio Putin. De acuerdo con el Ministerio de Defensa del Reino Unido, el presidente ruso aprobó enmiendas a la Ley de Agentes Extranjeros de 2012 que extiende la definición original de agentes extranjeros a cualquier persona que esté bajo influencia o presión indefinida de actores extranjeros.
Las enmiendas también otorgan al Ministerio de Justicia ruso el ámbito de publicar los datos personales (nombres, fechas de nacimiento y números de la seguridad social) de los agentes extranjeros designados, exponiéndolos al acoso público.
De acuerdo con el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), es probable que estas medidas tengan la intención de tomar medidas enérgicas contra los crecientes casos de disidencia interna sobre la conducción de la guerra por parte del Kremlin.
«Al ampliar la definición de aquellos clasificados como agentes extranjeros, el Kremlin puede expandir su militarización de esta designación para aumentar las medidas de censura y ejercer un mayor control sobre el espacio de información», agrega el análisis del ISW.
El sistema represivo de Putin
La ley ampliada de agentes extranjeros es ahora una herramienta aún más poderosa en la caja de herramientas legislativas de Rusia para alinear a su población con sus objetivos.
De acuerdo con Konstantin Von Eggert, un periodista ruso independiente que ahora vive en Lituania, leyes como esta, que conforman lo que él llama el sistema represivo de Putin, están diseñadas para ser amplias y vagas, y se aplican selectivamente para asustar y paralizar.
Cualquier persona u organización designada como agente extranjero (una frase que tiene claros matices soviéticos en Rusia) será expulsada de muchos trabajos de enseñanza, no podrá organizar eventos públicos ni recibir fondos estatales para proyectos.
La ley también prohíbe que cualquier material publicado por un agente extranjero se distribuya a menores. Se requerirá que esté marcado con un sello 18+ y vendido en un paquete opaco sellado de acuerdo con lo dispuesto por la Duma del Estado.