El avance del incendio forestal que se declaró ayer en la isla canaria de La Palma (sur de España) se ralentizó durante la noche gracias al cambio de las condiciones meteorológicas y el despliegue de un centenar de efectivos de emergencias, aunque ya entró en los límites del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, donde se trabaja para que no se propague.
Según informaron desde el puesto de mando avanzado el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y el ministro de Turismo de España, Héctor Gómez, la cifra de evacuados sigue en más de 4.000 vecinos y la superficie afectada ronda las 4.650 hectáreas, fundamentalmente en los municipios de Puntagorda y Tijarafe.
Este domingo nueve helicópteros y dos hidroaviones se relevarán en rutinas de descarga constante para atacar los flancos principales del incendio y tratar de contener las llamas, sobre las que ya se arrojaron 152.000 litros de agua en 241 descargas.
Incendio en Canarias
La noche favoreció los trabajos contra el fuego, con un descenso de la temperatura, un aumento de la humedad y un viento que no fue tan fuerte como se esperaba. Además, se realizaron un par de cortafuegos que permitieron cortar el recorrido del incendio.
El viento sopla del noreste por la mañana en la isla, pero la previsión meteorológica apunta a un cambio a noroeste a partir de las tres o las cuatro de la tarde, que llevará a reforzar el ataque con medios aéreos para evitar el empuje del fuego hacia el Parque Nacional.
De los más de 4.000 evacuados, unos 200 pasaron la noche en los albergues habilitados, atendidos por Cruz Roja, y también se han recogido y guardado animales domésticos.
Hasta el momento se contabilizaron veinte edificaciones afectadas entre viviendas, cuartos de aperos o bodegas.
La UME va a reforzar su apoyo con 86 efectivos más que están en vuelo y se instó a que nadie se acerque a la zona del incendio y se sigan las instrucciones de las autoridades en todo momento.