Es poco probable que el Senado de Estados Unidos condene y destituya de su cargo al presidente de ese país, Donald Trump. Así opinan dos expertos en materia internacional sobre el proceso que se debate en el Congreso de ese país y que ha resultado ser un enfrentamiento entre los partidos mayoritarios con miras a las elecciones de 2020.
El jueves, la Cámara de Representantes estadounidense aprobó continuar con el proceso de impeachment contra Trump. La resolución que daba luz verde a las reglas de la investigación contó con 232 votos a favor, 231 republicanos y 1 independiente; 196 en contra, 194 republicanos y 2 demócratas; 4 se abstuvieron: 3 republicanos y 1 demócrata.
Todo comenzó con una denuncia oficial de un trabajador anónimo del gobierno estadounidense. El empleado alegó que funcionarios de la Casa Blanca estaban preocupados porque Trump usara su cargo público para conseguir beneficios políticos personales.
Además, la denuncia también asegura que trabajadores de la Casa Blanca trataron de encubrir la conversación de Trump con el presidente de Ucrania.
Trump presionó insistentemente al presidente de Ucrania, Vladimir Zelensky, para que investigara al ex vicepresidente y rival político, Joe Biden, y a su hijo, Hunter. Lo hizo en una llamada telefónica el pasado 25 de julio. Así lo expresó una transcripción de la conversación publicada por la Casa Blanca.
“Se habla mucho sobre el hijo de Biden, y de que Biden detuvo la acusación y mucha gente quiere averiguar sobre eso, así que cualquier cosa que pueda hacer con el secretario de Justicia sería genial. Biden alardeó de que detuvo la acusación, así que si puedes investigar… Me parece horrible”, cita el documento que impulsó la acción de los demócratas contra Trump en el Congreso.
Impeachment
El proceso de destitución (en inglés impeachment) es usado para imputar cargos contra un alto funcionario de gobiernos presidencialistas, como el de Estados Unidos. En ese país ya existen precedentes de ese tipo de casos. Un ejemplo de ello es el de Bill Clinton, que fue objeto de esta medida, pero no fue revocado de su puesto porque terminó exonerado por el Senado.
Milos Alcalay, ex embajador de Venezuela ante la ONU, afirmó que los demócratas apostaron por el impeachment con dos objetivos. El primero, desestabilizar al gobierno de Trump; el segundo, proteger a Joe Biden como candidato a oponérsele.
Añadió que debido al peso que ha ido ganando el mandatario estadounidense y el conflicto que han tenido sus adversarios para conseguir un candidato que pueda enfrentarlo en las elecciones presidenciales del 2020, los demócratas entendieron que con un solo aspirante pueden tener algún tipo de posibilidad de gobernar: Joe Biden, ex vicepresidente del ex gobernante Barack Obama.
“Este es un choque de trenes que ya venía anunciándose hace mucho tiempo. Es como la crónica de un impeachment anunciado en la que los demócratas han hecho una gran presión hasta obtener el resultado del jueves. Con esto entran en una nueva etapa, pero que no es suficiente”, señaló Alcalay.
Con esa posición coincide el politólogo venezolano Carlos Romero Méndez, que asegura que el impeachment es “un paso adelante en el deseo de los demócratas de sacar a Trump de la presidencia o al menos de perjudicar la campaña electoral, en donde él aspira a ser reelegido”.
Investigación pública
La resolución aprobada autoriza al Comité de Inteligencia del Congreso a hacer públicas sus audiencias y a preparar un informe con la finalidad de que el Comité Judicial decida si compone los artículos para un juicio político contra Trump, que se realizaría en el Senado, cuya mayoría es republicana.
“El primer paso es abrir el proceso que ya se dio. El segundo es acumular pruebas y testimonios. El tercero, si se aprueba en la Cámara de Representantes, es enviar el caso a la consideración del Senado, que aprobará o no el juicio a Trump”, indicó Romero Méndez.
Por su parte, Alcalay resaltó que en esas audiencias de carácter abierto los demócratas intentarán usar los “mecanismos de desestabilización en un juicio parlamentario” público. Además, ante la prensa también tratarán de dañar la imagen de Trump “independientemente de si se logre o no su destitución. Esto porque se establecerán los mecanismos que utilizarán los medios de comunicación social para la ventaja del candidato demócrata”.
Una sola cara de la moneda
Milos Alcalay destacó que le llama la atención que la Cámara de Representantes solo investigue una sola cara de la moneda.
“Pareciera que solamente es un lado de la moneda. Es cierto que Donald Trump ha establecido algunos contactos. Pero nada se hace acerca de la complicidad de Biden, que siendo vicepresidente ejerció una serie de presiones en Ucrania hasta el punto en el que su hijo Hunter tuviera un contrato de 50.000 dólares mensuales como asesor de una empresa situada en Ucrania. De eso no se habla”, manifestó.
En esa misma línea, cuestionó cómo se permite investigar a Trump, y no los hechos de “corrupción que vienen del gobierno de Obama y Biden”.
“De manera que todo eso muestra que hay una politización del caso y no una voluntad de acabar con la corrupción. Por más que haya habido estas acciones del lado del presidente Trump, también hay que averiguar cuál es la responsabilidad del vicepresidente en aquel momento y de su hijo que durante cinco años estuvo en una situación privilegiada”, reiteró.
Lucha entre partidos políticos
Alcalay señaló que el impeachment es una lucha de fuerzas entre dos corriente políticas: los demócratas y los republicanos.
Indicó que es una etapa en la que se tratará de vencer por “mecanismos no electorales ni políticos, sino a través de la difusión de escándalos que intentan aplastar las acciones del presidente Trump”.
“Los demócratas estaban detrás de un error de Trump y tomaron el de la conversación con el presidente de Ucrania como excusa para montarle este juicio”, reafirmó Romero Méndez.
“Cacería de brujas”
Tras conocer la votación de la Cámara de Representantes, Trump escribió en Twitter que eso se convirtió en “la cacería de brujas más grande de la historia de Estados Unidos”.
Romero Méndez opinó que no es la más grande. A su juicio, la mayor fue la de Watergate que terminó con Richard Nixon (1974) dimitiendo de la Presidencia de los Estados Unidos.
Sin embargo, aseveró que la de Trump sí es la segunda más fuerte. Incluso por encima de Bill Clinton (1998-1999), a quien el Congreso declaró “no culpable”, al igual que Andrew Johnson (1868).
Aprobación del Senado
Romero Méndez y Alcalay precisaron que es altamente improbable que las dos terceras partes del Senado, controlado por los republicanos, voten a favor de una destitución de Trump.
“Dentro de la dinámica política no es extraño que los demócratas traten de sumar hacia su lado a algunos senadores republicanos buscando mecanismos de captación o de acción entre los senadores. ¿Lo lograrán? Ese es el gran reto que veremos en los próximos días, cuál es la fuerza de Trump a nivel de los senadores republicanos o cuál es la capacidad de captación de los senadores demócratas», aclaró Alcalay.
¿Perjudicará a Trump en las elecciones de 2020?
Milos Alcalay dijo que si Donald Trump actúa de forma cautelosa, podrá terminar venciendo esta arremetida en su contra.
Romero Méndez aseguró que el presidente estadounidense cuenta con un electorado firme. Además, sus seguidores están conscientes de que esta investigación es una “maniobra demócrata dada su baja popularidad y la falta de un candidato presidencial importante en ese partido”.
A su vez, existe un sector independiente que tendrá “sus reservas para votar por un mandatario personalista y tan poco institucional (Tump). Es decir, le perjudica, pero no lo saca de la presidencia”.