En una decisión polémica, el gobierno argentino cerró el lunes Télam, la agencia pública de noticias del país que opera desde 1945 y es la segunda agencia de noticias en español más grande del mundo después de la española EFE. El Presidente Javier Milei había calificado anteriormente a Télam de ser una «agencia de propaganda», y ahora los periodistas que trabajan en la agencia afirmaron que la medida es un «ataque a la democracia y a la libertad de expresión«.
El viernes 1 de marzo, en su primer discurso ante el Congreso, el presidente Milei dijo: «Vamos a cerrar Télam porque ha sido utilizada en las últimas décadas como una agencia de propaganda kirchnerista». Esa noche, la agencia informó sobre su inminente cierre. Télam es una de las muchas agencias gubernamentales que han sido recortadas bajo las reformas económicas de choque de Milei, que se autodenomina anarcocapitalista.
El cierre no tardó en materializarse y al lunes siguiente los periodistas que llegaban a trabajar se encontraron con que la policía había vallado la entrada del edificio de la agencia, en el centro de Buenos Aires, y no dejaba entrar a los empleados. También se habría enviado un correo electrónico en el que se anunciaba una suspensión de siete días, con sueldo, para los 760 periodistas y trabajadores de la agencia, que protestaron diciendo que la decisión suponía un «ataque a la democracia y a la libertad de expresión».
Télam
Tras dar «un abrazo solidario» al edificio en el que ya no podían entrar, los periodistas de Télam decidieron acampar frente a la valla para vigilar cualquier intento de los funcionarios del gobierno de entrar a la sala de redacción.
«Los archivos son de todos los argentinos. Hay que defenderlos», dijo a Argentina Reports Tomás Eliaschev, representante sindical de Télam, desde la puerta del edificio de la redacción.
Eliaschev aseguró que no hay canales de negociación abiertos entre los trabajadores y el Gobierno. «Invitamos a la sociedad a conocer qué es Télam y por qué es importante en términos de derechos de información pública», dijo.
Casi instantáneamente después del cierre de la agencia, una reacción de periodistas y académicos inundó las redes sociales.
Candela Ini, periodista política del diario La Nación, publicó en X: «Télam tiene una razón de ser. Su cierre, sin dar una discusión seria y responsable sobre cómo debe funcionar, es un ataque a la libertad de expresión».
El académico y profesor de la Universidad de Buenos Aires, Martín Becerra, sostuvo que, sin Télam, la producción de noticias desde los puntos más alejados de Argentina sería casi inexistente. «La mayoría de los clientes de la agencia Télam son medios privados de todo el país. Los corresponsales de Télam, desplegados en todas las provincias argentinas, son un recurso informativo crítico en un contexto de ‘desertificación mediática'», escribió el académico en X.
«Vamos a defender Télam porque no se trata solo de nuestros puestos de trabajo. La democracia está garantizada en Télam», afirmó Carla Gaudensi, secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) y periodista radial de Télam.
El Foro de Periodismo de Argentina (Fopea) dijo respecto al cierre que «en un contexto de creciente desinformación, los medios públicos pueden y deben jugar un rol decisivo en la construcción de audiencias más críticas y mejor formadas, con inclusión y equilibrio de voces».
El futuro incierto
La existencia de Télam como empresa estatal es ahora incierta. Tras su toma de posesión, Milei anunció un amplio decreto de reforma económica que incluía drásticos recortes en casi todos los organismos gubernamentales. Muchas empresas estatales deben cerrarse o venderse al sector privado.
«Se está desarrollando un plan de reorganización para la agencia», dijo el lunes Manuel Adorni, portavoz de la oficina del presidente, refiriéndose a Télam. El portavoz dijo que el plan del gobierno debería ser entregado en los próximos días. Según Adorni, la nueva administración descubrió que Télam tiene un déficit presupuestario de 20.000 millones de pesos argentinos (18 millones de dólares).
Latin America Reports se comunicó con Javier Lanari, subsecretario de Comunicación de la Presidencia, para obtener más detalles sobre el plan para Télam. Lanari respondió que los asesores legales de la Jefatura de Gabinete están a cargo de cualquier reestructuración posterior de la agencia.
Sabino Cabrera, periodista de Télam y delegado del Sipreba, sindicato de periodistas de Buenos Aires, ha declarado a Argentina Reports que el cierre de Télam es ilegal. «Sipreba denunció ante la justicia que el decreto del gobierno es inconstitucional porque tendría que pasar por el Congreso para poder cerrar la agencia. Entonces, el intento de intervenir la agencia es ilegal», dijo.
A pesar de los costos, el trabajo y el archivo de Télam son vitales para el ecosistema de la prensa en Argentina. La agencia cuenta con cientos de reporteros en todo el país, y sus clientes que van desde grandes medios como Clarín, La Nación e Infobae, hasta pequeñas radios locales, utilizan fotos y noticias de la agencia a muy bajo costo.
Por Sebastian Rodriguez Mora. Es reportero de Argentina Reports. También es editor de Tiempo Argentino, un importante medio informativo administrado por sus trabajadores. Ha escrito para otras publicaciones argentinas, incluida Revista Crisis, y es licenciado en filosofía y literatura por la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de las Artes, respectivamente.