El presidente de Colombia, Gustavo Petro, con tan solo diez meses en el gobierno, enfrenta una crisis por interceptaciones ilegales y posibles abusos de poder, hecho que este viernes costó el cargo a dos de sus alfiles: la jefa de Gabinete, Laura Sarabia, y el embajador en Venezuela, Armando Benedetti.
El supuesto hurto de un maletín con dinero de la casa de la alta funcionaria, atribuido a Marelbys Meza, quien trabajó para ella como niñera, fue el detonante de una serie de irregularidades. La situación pasó factura este viernes a Sarabia, mano de derecha de Petro en su gobierno, y a Benedetti, quien lo fue durante la campaña electoral.
«Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada, y el embajador en Venezuela se retiran del gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se va a alterar los procesos de investigación», manifestó Petro en una ceremonia de ascensos militares en Bogotá.
Sarabia es una joven abogada que trabajó con Benedetti cuando era senador. Y de la mano de este llegó a Petro, quien la llevó a la posición más cercana que tenía: jefa de Despacho.
Así se convirtió en una de las mujeres más poderosas del país. Pero su meteórico ascenso se vio frenado por el escándalo de la niñera y las interceptaciones ilegales en su contra.
El robo: un maletín con dinero
Todo comenzó en enero cuando, según publicó el sábado la revista Semana, acusaron a Marelbys Meza de hurtar un maletín con una suma no precisada de dinero de la casa de Sarabia.
Según Meza, cuando Sarabia supo del hurto la hicieron ir a una dependencia presidencial donde la interrogaron y sometieron a pruebas de polígrafo sin una orden judicial.
Hasta ahí el escándalo era por el posible abuso de poder del Estado para aclarar un asunto particular. Pero de repente los reflectores apuntaron hacia Benedetti, quien según el periodista Daniel Coronell podría estar detrás de la denuncia de Meza, en un episodio de «fuego amigo» en el gobierno.
Benedetti es un polémico exsenador -uno de los primeros aliados de Petro fuera de la izquierda en 2021- cuando lanzó su candidatura, y decisivo en su triunfo, por lo cual se convirtió en figura poderosa en el gobierno. Tanto que lo designó embajador en Venezuela.
Benedetti y Sarabia tuvieron choques por cargos gubernamentales
Tras la denuncia de Meza surgió la conexión de Benedetti con el caso -revelada en W Radio por Coronell- según la cual el embajador y Sarabia, su antigua funcionaria, tuvieron choques por cargos en el gobierno.
Según esa versión, Benedetti quería dejar la embajada en Caracas, por lo que le pidió a Petro el Ministerio de Defensa. Sin embargo el presidente lo rechazó, y Sarabia «le ofreció el Ministerio del Interior o la Cancillería, a pesar de que ambos cargos ya estaban ocupados».
Benedetti regresó esta semana a Bogotá para reunirse con Petro. Y mientras el país esperaba los resultados de ese encuentro, la revista Cambio reveló que a Meza no solo la interrogaron sin orden judicial sino que la Policía interceptó su teléfono usando como fachada una operación contra la banda criminal del Clan del Golfo en el departamento del Chocó.
El fiscal general, Francisco Barbosa, corroboró el jueves la versión. Además, dijo en rueda de prensa que en los próximos días se tomarán «decisiones judiciales» en este caso.
Paradójicamente, Petro fue un feroz crítico de las interceptaciones ilegales hechas durante el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), conocidas en el país como «chuzadas», motivo por el cual reiteró este viernes: «Este gobierno no va a repetir la suciedades de otros gobiernos».
Petro en un momento complicado
Este escándalo, que está lleno de cabos sueltos, se produce en un momento en que el gobierno de Petro vive horas bajas, con problemas en varios frentes.
Por un lado, sus reformas sociales están paradas en el Congreso y la coalición de gobierno acaba de estallar, hasta el punto de que legisladores del partido Alianza Verde presentaron el jueves una proposición para archivar la polémica reforma a la salud.
El presidente, además, mantiene un duro enfrentamiento con el fiscal, con el Consejo de Estado, con la Procuraduría e incluso con la prensa.
En un intento de inclinar la balanza a su favor, Petro anunció que el 7 de junio caminará «al lado del pueblo trabajador» en una movilización convocada por centrales obreras en defensa de las reformas. Ese mismo día Sarabia estaba citada por el Congreso para responder por el caso de la niñera, un problema doméstico que alcanzó una dimensión de crisis de gobierno y le costó el cargo.