El gobierno colombiano seguirá realizando erradicaciones forzadas de cultivos de coca -manuales y no por la polémica aspersión con glifosato- en zonas de gran extensión, dentro de la nueva política de drogas que será lanzada este sábado por el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
En una entrevista con EFE el ministro de Justicia, Néstor Osuna, aseguró que, aunque se va a priorizar la erradicación voluntaria, la forzada seguirá en «cultivos industriales, es decir, cultivos que no son de campesinos pobres».
Estos son los que tengan «más de 10 hectáreas cultivadas de hoja de coca o aquellos que, independientemente de la extensión, tengan un laboratorio».
«Eso lo llamamos cultivo industrial y ahí sí va a continuar la erradicación forzada manual, no con fumigación sino manual, pero por parte de la Policía», puntualizó el ministro.
Énfasis en la voluntaria
Sin embargo, la idea de la nueva política nacional de drogas es incidir en la erradicación voluntaria. La medida busca enfocar esfuerzos en perseguir las grandes redes del narcotráfico y no al cultivador.
«En el país se han hecho muchos ensayos de erradicación forzada de cultivos y algunos pocos de erradicación voluntaria», consideró Osuna, y «la erradicación forzada, ya históricamente está comprobado, conduce a un índice de resiembra de alrededor del 70 %», mientras que en la voluntaria es de apenas el 0.8 %.
Por ello buscan ceder tierras a los cultivadores para que puedan apostarles a otras fuentes de economía u otras alternativas. Sería el pago por servicios ambientales para que «una vez arranquen la mata de coca, se dediquen a ser guardabosques».
También en el «abanico de alternativas» que el Gobierno quiere dar, está el financiar proyectos que sean rentables en sus comunidades. Además, busca apostar por el uso de hoja de coca para fines no narcóticos, como la producción de fumigantes, comida, textiles, etc.
Así, «la erradicación va a ser efectiva, va a ser duradera», confía el ministro.
Contra laboratorios clandestinos
Desde que asumió el poder, Gustavo Petro ha pedido a las fuerzas armadas que aumenten las incautaciones. Esto, como una forma de luchar contra el narcotráfico y las grandes organizaciones criminales.
En sus redes sociales ha celebrado incautaciones y también la quema de «laboratorios» de producción de pasta base. Aunque algunos campesinos han criticado, pues aseguran que pertenecen a los mismos «pobres» que el gobierno dice defender.
Sin embargo, el ministro señala que «la propuesta del Gobierno es tránsito a economías legales y la pasta base (que fabrican en estos laboratorios) es para hacer cocaína, no es para otras cosas», por lo que ya «entra en el circuito de la ilegalidad», así que se seguirá incautando, deteniendo a quienes allí trabajan y quemando estos improvisados laboratorios que algunas veces constan de una carpa con barriles de químicos.