Venezuela está pasando por un momento de máxima tensión por las denuncias de fraude electoral. Mientras crece la presión internacional por la difusión de las actas de votación que permitan verificar el triunfo de Nicolás Maduro —miles de personas han salido a las calles rechazando los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral sufriendo una escalada de la represión de las fuerzas de seguridad en respuesta— también aumenta la incertidumbre por un nuevo éxodo masivo de venezolanos en la región, en especial hacia Colombia.
«En menos de un año (si Maduro mantiene el poder) tendríamos dos, tres, cuatro o cinco millones de venezolanos que huyen en la mayor ola migratoria que hemos visto hasta ahora», advirtió la líder de la oposición María Corina Machado.
Si bien el panorama aún es confuso —la oposición asegura que las elecciones fueron ganadas por el opositor Edmundo González Urrutia con más de 7 millones de votos y el régimen dice estar «listo para presentar el 100% de las actas»—, expertos aseguran que el ambiente es propicio para que se presente una nueva ola migratoria hacia Colombia.
«El impacto es indudable, 25% de la población en Venezuela ha manifestado que su intención de migrar dependerá del resultado del domingo y Colombia seguirá siendo tanto un país de tránsito y un país receptor ya sea de manera temporal o permanente», afirma Nastassja Rojas Silva, profesora y consultora en derechos humanos, migración y género.
Por su parte, María Clara Robayo, internacionalista e investigadora en asuntos migratorios del Observatorio de Venezuela, asegura que al cuestionado triunfo de Maduro se le ha sumado una reacción mucho más autoritaria contra la multitud que salió a las calles a manifestarse que puede impulsar la diáspora.
«La respuesta del oficialismo ha sido mucho más autoritaria. La represión tiene incidencia directa en líderes sociales, en un número importante de la sociedad sociedad venezolana y además de eso tiene efectos también en el funcionamiento de diferentes sectores de servicios que requiere esta sociedad. Venezuela no ha dejado de ser el país de mayor expulsión migratoria en la región, sigue prevaleciendo un sistema médico totalmente destruido, igualmente el sistema educativo, los servicios públicos», comenta la experta.
De acuerdo con la ONG Foro Penal, al menos 12 personas han muerto en Venezuela en el marco de las protestas y 132 han sido arrestadas. Pero un conteo preliminar de la Fiscalía arrojó un número muy superior, al afirmar que 749 personas fueron detenidas en las protestas. El fiscal general, Tarek William Saab, afirmó que los manifestantes detenidos son «delincuentes» que no participaron en protestas pacíficas sino que generaron violencia.
Según Robayo, departamentos como Santander, Arauca, Norte de Santander y La Guajira vivirían de primera mano los efectos de una ola migratoria y empezarían a requerir ayuda prioritaria del gobierno colombiano. Posteriormente, como ha sucedido en estos últimos años, ciudades capitales como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla se verían obligadas a gestionar nuevos flujos.
Asimismo, advierte por la situación humanitaria que se podría vivir en los municipios del golfo de Urabá, los cuales son corredores de paso para miles de migrantes que buscan cruzar el Darién hacia Panamá y llegar a Estados Unidos.
Para Donna Cabrera, experta en migración internacional, es probable que en las condiciones actuales los flujos migratorios presenten un incremento. «Puede que se presenten un aumento inicial en las salidas de aquellas personas que, con la reelección de Maduro, vean derrumbado su deseo de contar con un gobierno diferente. En ese sentido vale la pena seguir considerando lo que sucede con respecto a los países vecinos (Colombia, Brasil, países del Caribe) y lo que sucederá en el corredor que se ha conformado en el Darién. Sin embargo, también es importante considerar las condiciones de los países a los que los venezolanos puedan migrar. Es necesario analizar las decisiones migratorias de los venezolanos tanto en función de lo que sucede en Venezuela como en los otros países de la región», dice.
Otras voces como la del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, líder del partido político Cambio Radical, lanzaron advertencias sobre las consecuencias que traerá para la región, pero principalmente para Colombia, la victoria de Nicolás Maduro.
«A estas alturas Colombia debe prepararse para recibir la avalancha de millones de venezolanos que tras la burla de estos comicios habrán perdido toda esperanza de cambio», expresó.
Incluso la procuradora general de la nación, Margarita Cabello Blanco, indicó que se ha adelantado un estudio sobre la dinámica migratoria, entregando recomendaciones a las autoridades en las zonas limítrofes y que son objeto de recepción de migrantes.
“En Maicao hemos estado muy encima y estaremos muy pendientes porque hay una alerta de que es posible. Se incrementa el flujo migratorio a raíz de la situación que se está presentando en el país vecino”, dijo.
Sobre esta preocupante situación, aseguró que “estaremos atentos y vigilantes, que es nuestra función con nuestro delegado de derechos humanos, a efectos de analizar y hacer los requerimientos necesarios para que se vigile esa migración y se atienda con carácter de apoyo y de derecho humanitario la situación en caso de que se incremente, que es lo que creemos que podría ocurrir”.
Un estudio realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) muestra que al mes de abril de 2024 hay en el mundo 7,7 millones de migrantes y refugiados venezolanos. De esa cifra, Colombia acoge a la mayor cantidad de migrantes y refugiados de Venezuela, con más de 2,8 millones de personas en enero de 2024.
De acuerdo con la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela, la cifra de personas refugiadas y migrantes venezolanas en Colombia en condición regular es de 2.293.006 personas y 488.974 personas en condición de irregularidad.
María Clara Robayo sostiene que se requiere un diálogo hemisférico entre los países que enfrentan los grandes efectos de la diáspora venezolana mientras el continente aguarda por el desenlace de los acontecimientos en Caracas.