El índice de popularidad de Boris Johnson sufrió la mayor caída en una década para un primer ministro conservador, debido al escándalo sobre su influyente y controvertido asesor Dominic Cummings, según un sondeo publicado este miércoles.
Mientras el primer ministro se preparaba para enfrentarse a los ataques de la oposición en la sesión semanal de preguntas en la Cámara de los Comunes, una encuesta del instituto YouGov para el periódico The Times mostró que la ventaja de los conservadores sobre el laborismo se ha reducido en nueve puntos en una semana.
El sondeo sitúa a la formación de Johnson en 44% de aceptación, cuatro puntos menos en los últimos siete días, y al Partido Laborista en 38%, cinco puntos más.
El último líder conservador que vio desplomarse así su ventaja fue David Cameron durante la campaña para las legislativas de 2010.
Una encuesta del periódico Daily Mail mostró además que el índice de aprobación de Johnson cayó en picado del 19% a menos de 1% en sólo unos días.
Esta desaprobación de la opinión pública se suma a una sensación creciente de rebelión interna por la gestión del escándalo Cummings: casi 40 diputados conservadores exigieron que deje el cargo de «asesor especial» y un secretario de Estado dimitió el martes en señal de protesta.
El ejecutivo lleva varios días defendiendo a la mano derecha del primer ministro y el miércoles le tocó el turno en los programas matutinos al ministro de Gobierno Local, Robert Jenrick.
«Es el momento de que sigamos avanzando», dijo a la BBC, insistiendo en que Cummings no infringió como se lo acusa las reglas del confinamiento impuestas por el gobierno el 23 de marzo.
Cummings realizó un viaje de 425 kilómetros en coche, desde Londres a Durham, en el noreste de Inglaterra, en el momento álgido de la crisis del coronavirus, con su esposa y su hijo de cuatro años de edad.
Bajo fuerte presión durante el fin de semana, al final acabó explicando el lunes que, temiendo estar infectado del covid-19, se instalaron los tres en la casa de sus padres en Durham porque buscaba a alguien para cuidar del pequeño.
Los desplazamientos estaban prohibidos en aquel momento y los británicos siguen sin estar autorizados a visitar a la familia.
Cummings, que recibió el apoyo de Johnson, no se arrepintió ni pidió disculpas y afirmó que no había considerado dimitir.