El Departamento de Justicia de Estados Unidos afirmó este viernes que el tercer avión utilizado para transportar a migrantes venezolanos deportados a El Salvador no violó una orden judicial que se emitió poco antes de su despegue.
Según informó un abogado del Departamento de Estado al juez federal James Boasberg; todos los pasajeros llevaban “órdenes firmes de expulsión”, además de asegurar que ninguno fue deportado bajo la controvertida ley de Enemigos Extranjeros.
Esto sucede después de que Boasberg emitió el sábado pasado una orden para frenar esas deportaciones. Sin embargo, las autoridades estadounidenses ignoraron esa directriz, argumentando que un juez federal no tiene autoridad sobre políticas de inmigración y que cuando despegaron los dos primeros vuelos, la orden aún no era definitiva porque no se había presentado por escrito.
El juez Boasberg, mostró desacuerdo con las explicaciones del Departamento de Justicia, destacó que los pasajeros del tercer vuelo fueron enviados a un país diferente al suyo y manifestó su intención de solicitar información más precisa sobre el asunto para determinar si el gobierno incumplió su orden.
“¿Por qué se firma esta proclamación (de la Ley de Enemigos Extranjeros) prácticamente en secreto el viernes, la noche del viernes o la madrugada del sábado, y luego a estas personas se las sube al avión a toda prisa?”, cuestionó Boasberg.
El juez también expresó preocupación por los argumentos presentados por el Departamento de Justicia sobre esa ley, que emplearon para calificar a 238 migrantes venezolanos de “terriblemente aterradores” y miembros del Tren de Aragua. Señaló que “si ninguna corte puede revisarlo, entonces el presidente puede decir que cualquiera está invadiendo los Estados Unidos”.
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